El ejecutivo local, con Juan Vivas a la cabeza, y el
delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, acudieron
ayer a la cita anual con los difuntos cristianos en el
cementerio de Santa Catalina.
Al menos un centenar de personas desafiaron a la amenazante
lluvia, que hizo acto de aparición en algunos momentos, para
asistir a la misa oficiada por el vicario de Ceuta,
Francisco Correro Tocón, en la carpa instalada junto a la
pequeña capilla que se encuentra en la parte alta del
camposanto.
La hora fijada fue el mediodía y allí cuatro párrocos
acompañaron al vicario en la celebración de esta ceremonia
en la que algunos no pudieron contener las lágrimas al
recordar a sus seres queridos ya fallecidos.
Tras el acto, Juan Vivas recorrió junto al resto de
autoridades civiles y militares allí presentes, entre los
que también se encontraban los máximos responsables de la
Comandancia General de Ceuta, las instalaciones de este
cementerio en el que, minutos antes, se habían sucedido los
homenajes a todos aquellos militares que fallecieron en acto
de servicio por defender la patria.
Posteriormente, el presidente de la Ciudad Autónoma atendió
a los medios de comunicación allí presentes para resaltar el
aspecto más emotivo de un día dedicado a la reflexión y al
recuerdo de todos aquellos que ya han fallecido.
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