Capitanía Marítima informó ayer de que se ha abierto una
investigación a la compañía naviera Acciona Trasmediterránea
para determinar si existió alguna irregularidad en la
actuación de la empresa del pasado día 28. Al parecer,
decenas de pasajeros se quedaron en tierra al no admitir
Acciona los billetes de otras compañías, añadiéndose el
agravante de que las taquillas de la naviera, que tiene
adjudicada la línea de interés pública en el Estrecho,
estaban cerradas. Ese sábado, el temporal obligó a Acciona a
fletar el buque ‘Las Palmas de Gran Canaria’, que realiza el
trayecto Ceuta-Algeciras en estas condiciones meteorológicas
en cumplimiento del acuerdo de la línea de interés público,
en virtud del cual la entidad recibirá más de 40 millones de
euros a lo largo de cinco años. En la investigación estarían
implicados otros organismos estatales como la Delegación de
Gobierno o el colectivo de Abogados del Estado.
Se trata de un proceso abierto en el que se determinará si
se cometieron irregularidades o, si por el contrario,
Acciona actuó dentro de la legalidad. La investigación
podría desembocar en la aplicación de sanciones económicas
de diversa índole para que la situación no vuelva a
repetirse
Acciona sale del convenio
La compañía Acciona Trasmediterránea ha decidido, por otro
lado, salir del convenio de intercambiabilidad a partir del
próximo día 26 de noviembre. A este respecto, el capitán
marítimo de Ceuta, Jesús Fernández Lera, ha señalado que la
naviera está en su derecho de hacerlo.
“El convenio de interlineado es una potestad de la que
disfrutan las navieras, no es una obligación”, explica
Fernández Lera que recuerda que dicho acuerdo surgió
momentos después de que el Tribunal de la Competencia tomara
cartas en el asunto del intercambio de billetes. Por lo
tanto, la decisión de Acciona entraría dentro de la más
absoluta legalidad. “El cabotaje en toda la Unión Europea
está liberalizado”, concluye el capitán marítimo de Ceuta.
27 buques
En cuanto al alto número de barcos que, en la actualidad,
cruzan el Estrecho, Fernández Lera tiene claro, a título
personal, que no es algo demasiado beneficioso para ninguna
de las dos partes: ni usuarios ni navieras. En muchas
ocasiones, el buque realiza su rotación con “sólo un 30 por
ciento de su capacidad ocupada” por lo que Fernández
entiende que lo que, a corto plazo puede otorgar réditos
económicos, a largo será contraproducente.
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