El Día de Todos los Santos congregó ayer a un importante
número de ceutíes en el cementerio de Santa Catalina. Y es
que esta es una fecha en la que los ciudadanos rinden a sus
seres queridos un emotivo homenaje en el que las flores son
símbolos de cariño y recuerdo. Las personas llegaban en
grupos y con ramos de flores en las manos, las cuales más
tarde serían depositadas en los jarrones de los nichos de
sus familiares. La mayoría llegaban en coches, provocando un
buen número de atascos en el centro de la ciudad, otras, en
autobuses de servicio especial, e incluso algunos llegaban
andando desde sus casas. No importaba como, pero sí asistir
en esta fecha tan señalada a rendir un emotivo homenaje a
las personas que ya no están con nosotros, pero que sí viven
en nuestras mentes y en nuestros corazones.
En la puerta del cementerio, puestos de flores llenaban la
mañana de colorido e invitaban a los ceutíes a comprar
ornamentación para poder depositarla en el lugar donde
descansan sus seres queridos. Furgonetas repletas flores se
iban vaciando con el paso de las horas.
Una vez con las flores compradas, unas en los aledaños del
cementerio y otras en las distintas floristerías de la
ciudad, los ceutíes limpiaban las lápidas con el mayor
respeto y seguidamente las colocaban en los jarrones del
nicho. El momento de la oración tampoco podía faltar en este
acto de respeto y recuerdo.
Al igual que en la vida, en la muerte también existen
distintas clases y mientras unos nichos estaban poblados de
flores, otros mostraban la cara más triste del día, sin
lucir un sólo pétalo. Uno de los difuntos más venerados fue
el alcalde Sánchez Prado. Los aledaños a su sepulcro
permanecían repletos de flores en recuerdo de este popular y
querido ceutí. Los republicanos caídos en la Guerra Civil
también recibieron el homenaje de muchos ciudadanos que
depositaron flores a los pies del monumento. Los muertos
durante la Guerra de África también fueron recordados en un
día en el que las flores llenaban de vida cada rincón de
Santa Catalina.
Las clavelinas fueron las reinas del día. El precio y la
calidad de éstas las califican como las flores más
solicitadas en una jornada en la que tampoco faltaron rosas,
claveles y llamanovios.
En definitiva, un año más el cementerio de Santa Catalina se
vistió de gala para rendir homenaje a los ceutíes ausentes.
Todas las fuentes distribuidas a lo largo y ancho del campo
santo funcionaban con total normalidad y los encargados del
cementerio ponían a disposición de los ciudadanos un
importante número de botellas y garrafas para llenarlas de
agua y poder así limpiar los nichos de sus familiares.
Todas las entradas y salidas del campo santo permanecieron
abiertas durante toda la jornada, por lo que no se formaron
en éstas aglomeraciones de gente. El año que viene, Santa
Catalina volverá a llenarse de flores en señal de recuerdo.
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