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OPINIÓN - JUEVES, 2 DE NOVIEMBRE DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Todos los que fueron presidentes, del Partido Popular, se encontraban arropando la presentación de la candidatura de Juan Vivas, a la presidencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta. ¡Oiga, todo un detalle! ¡Vivir para ver!.

El único que no estaba, por circunstancias de todos conocidas y que nosotros lamentamos su ausencia, profundamente, fue nuestro buen amigo Ricardo Muñoz.

El resto, como si de los Tres Mosqueteros se tratase “todos para uno...”. Igual, con su presencia en el acto, querían demostrarles a todos aquellos que creen que existe división en el partido que, éste, está más unido que nunca, y allí estaban todos ellos para demostrarlo o a lo peor no era sólo por eso. Vaya, usted, a saber.

A pesar del arropamiento masivo de todos sus más importantes componentes, entre ellos los ex-presidentes - presidentes del mismo, nos da la sensación, no extraña, que está más dividido que una tarta de un euro en el cumpleaños de un pobre con cien invitados.

Uno que es un mal pensado, por culpa, culpita, de la sabia de mí abuela, que no tuvo mejor cosa que hacer, que enseñarme eso que dice: “piensas mal y acertarás”. Pues, qué quieren qué les diga.

Viendo la situación que se estaba viviendo y el ambiente que rodeaba a la misma, con abrazos incluidos, que ríase usted de los de Vergara, entre los que más se han criticado y menos se podían ver tuve, toda la noche, la mosca detrás de la oreja.

Y ni te cuento, serrana del alma, cuando vi con estos ojazos que se tienen que comer los asquerosos de los gusanos, los besos que un peso pesado, le daba en la calva, a otro peso pesado. Me dije, Andrés, aquí hay gato encerrado. Así que atento al parche y deja volar tu intuición.

Y como dejar trabajar a tu intuición, esa que tuve la enorme suerte de aprender en la mejor universidad del mundo, la calle, no cuesta dinero porque si valiese dinero no la dejaba trabajar en la vida pues, hala, a trabajar que te pongo, vida de mi vida.

Nada de extrañar que le diga vida de mi vida porque, a la intuición, para que trabaje a gusto, hay que darle todo el cariño del mundo. Más cariño que la Pantoja al Julián.

Pero la intuición, para trabajar necesita un espacio libre sin ruidos y estar toda concentrada . Así que decidí, cuando Juan Vivas tocaba el tema de los jardines, abandonar el salón e irme al borde de la piscina para que, mi intuición, trabájase a gusto y en paz. Como tiene que ser, para rendir al máximo de sus portentosas cualidades.

Pero el hombre propone, Dios dispone y los amigos, en ocasiones, todo lo descomponen. Y, una vez más, cumpliéndose el asunto, un amigo se me acercó, justo en el momento que la intuición iniciaba su trabajo para distraerme y la intuición, inmediatamente, dejó de trabajar. ¡Ditan sean las papas en amarillo!.

No tuve más remedio que escucharle, siempre escucho a todos los que me dicen algo aunque eso no tenga, para mi persona, el más mínimo interés.

Así que me armé de paciencia, que es de lo único que se puede armar uno en estos casos y escuchar su charla sobre lo divino y lo humano pero, sobre todo, Juan Vivas era quien centraba toda la conversación, destacando todas las grandes cualidades que adornaban, según él al presidente.

La paciencia tiene un límite, como todo en esta vida que nos ha tocado vivir y, aunque uno es más paciente que Job, le tuve que advertir que me tenía que marchar porque, aún, debería realizar algunos trabajos que había dejado pendientes.

Llegué a casa con el pensamiento puesto en dejar trabajar a mi intuición.

Y sentado en un banco de la Marina, contemplado el ir y venir del personal, la deje entrar en mi cerebro donde fue degranando e introduciendo, en el disco duro del mejor ordenador del mundo, las soluciones que les daba a cuanto había presenciado, que no era poco.

Las primeras sensaciones que me llegaban, me hacían saber que en el Partido Popular, después de las elecciones iba a haber una pequeña revolución y movimientos de cargos.

Unos irian, con un buen número, en las listas de los veinticinco que llevaría, Viva, a las elecciones municipales, abandonado el cargo actual y cediéndoselo a otro de los que están, en estos momentos, ocupando plaza de diputado en el Ayuntamiento, que pasaría a engrosar otra lista de unas próximas elecciones ¡Hay que ver las cosas que me dice mi intuición!.

Pero hay más. Mi intuición, esa que nunca me abandona y que me lleva, en la mayoría de las ocasiones, a tener ciertos aciertos, me dice que otro cargo importante pasará a manos de otra persona, a la que en cierta ocasión le crearon una “trama” para acabar con su carrera política, como sucedió.

En política, como en Granada, todo es posible. Esta intuición mía, un siglo de estos, me va a llevar al fracaso. Pero como sarna con gusto no pica, bendito sea ese fracaso.

Oiga, amigo guardia, ¿y si acierto?. Estatua al canto.
 

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