Las próximas elecciones
municipales van a traer más ”cola” de la que algunos creen.
Las estrellas tan rutilante en el firmamento, de algunos
politiquillos del tres al cuarto, empiezan a perder su
brillo y se están volviendo opacas. Pena grande, tú.
La vida, en el mundo de la política tiene esas cosas, de
momento estás arriba y de pronto,sin que te lo puedas
imaginar estás abajo porque tu estrella ha perdido todo el
brillo. Un brillo que nunca tuvo, pero que estos
politiquillos de medio pelo, con mentiras y cuentos,
hicieron creer que sus estrellas eran las que más alumbraban
en el firmamento político y hasta se permitieron el lujo de
decir : “el que se mueva no sale en la foto” o aquella otra
frase, tantas veces usadas por los dictatorcillos de turno “
conmigo o contra mi”.
El tiempo, ese reloj inexorable que nos marca cada momento
de nuestras vidas, sigue su marcha y llegará, en nada, en un
suspiro, el mes de mayo del 2007 y tendremos, de nuevo,
elecciones municipales, para desgracia y desesperación de
toda esa fauna de politiquillos del tres al cuarto,
dictatorcillos de meidopelo que verán, como en un pis pas
desaparecen del mapa político y se quedan sin poder alguno.
Será, en esos momentos, con la llegada de las elecciones
municipales cuando la caretas, cual celebración de los
carnaval, que han llevado puestas durante tanto tiempo,
caigan al suelo dejando ver la auténtica verdad de sus
rostros.¡Ni te cuento, serrana del alma, las de sorpresas
que se vana llevar más de uno, cuando vean la realidad del
careto de algunos gachés!.
Ya me lo decía la sabia de mí abuela: “no hay mal que cien
años dure, ni cuerpo que lo resista” Y, siempre, cuando por
cualquier circunstancia me ponía nervioso, me hacia la misma
recomendación:”coge una silla y sientaté a la puerta de la
casa, verás pasar el cadáver de tu enemigo”. Todo es,
simplemente, cuestión de paciencia.
Nuca he olvidado los consejos de la sabia de mí abuela y,
siempre, los he tenido muy en cuenta, a la hora de tomar
algunas determinaciones y, sobre todo, cuando algunos
personajillos de medio pelo han intentado hacerme daño sin
merecerlo, he sabido mantener toda la paciencia del mundo,
para esperar mí oportunidad. Una oportunidad que, siempre,
me ha llegado, a base de tener esa paciencia que me
recomendaba la sabia de mí abuela. Cómo será mi paciencia,
que Job a mi lado, en cuestión de tener paciencia, es un mal
aprendiz.
Vamos a disfrutar de un otoño del bueno, donde tendrán lugar
una luchas impresionantes para conseguir un puestecito, en
cada una de las listas que se van a realizar conlos posibles
candidatos, para ocupar el silloncito en al Ciudad Autónoma.
El problema se les va a presentar a todos aquellos, que
prometieron puestecitos a los “amiguetes”, y que por culpa
de la opacidad de sus estrellas, no tengan fuerza alguna, a
la hora de elaborar esas listas.
La que se va a liar, morena del alma, cuando ocurra lo que
estamos diciendo, y las enormes carreras que se van a pegar,
esos “amiguetes” para pegarse a otro costillaje que les
asegure lo que los otros no les pueden dar.
Y ni te cuento, serrana del alma, la que van a largar de
esos que ya no son nada y, por tanto, nada les pueden dar.
Van a contarle,al nuevo costillaje al que se han pegado,
todas las historias del mundo de quienes hasta hace, pocas
fechas, les manejaban como borregos y a los que obedecían
ciegamente esperando el puestecito de marras. Y, no lo duden
,estas cosas pasan en las mejores familias.
Los problemas, sin lugar a dudas, aumentan tanto en cuento
se tropieza uno con una familia que está más dividida que un
tarta de cinco euros en la casa de un pobre con diez hijos,
los abuelos, los padres y un par de primos que viven con
ellos, debido a que han venido a pasar unas vacaciones todos
juntos.
Porque aquí, donde ustedes los ven, aunque le quieran hacer
creer lo contrario, algunos partidos están más dividido que
la tarta antes mencionada. Y sin visos de solución a esos
problemas de la división existente, mientras siga el ordeno
y mando.
Y las luchas intestinas están a la orden del día por culpa,
culpita, de las ambiciones desmedidas de algunos
politiquillos del tres al cuarto que, careciendo de los
mínimos conocimientos de política, han querido imponer su
santa voluntad.
O esto lo arregla quienes lo tienen que arreglar o como
decía la sabia de mí abuela, que nunca se equivocaba, va a
terminar como la comedia de Ubrique. Cada quisqui por su
lado, haciendo la guerra por su cuenta y como es natural
perjudicando a quienes no se deben perjudicar porque, al
final, quienes salen perjudicados son los propios partido y
los líderes indiscutibles. Tiempo al tiempo.
Hasta los grandes “amiguetes” de los que se rodean, esa
fauna de politiquillos del tres al cuarto, los abandonan a
su suerte porque ya no les valen para nada. Es más, son un
estorbo a la hora de acercarse...
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