Capítulo final de una temporada decepcionante en la que el
Ceuta no respondió a las expectativas creadas y debió
conformarse con la permanencia. Los caballas, empecinados en
empatar partidos y negados ante el gol, ofrecieron su mejor
cara en las últimas 10 jornadas con Carlos Orúe en el
banquillo. El jerezano enderezó el rumbo de un equipo muy
‘tocado’ física y anímicamente, que en la jornada vigésimo
séptima ocupaba posiciones de descenso y no daba síntomas de
mejoría. Los 19 puntos sumados en 10 encuentros permitieron
al Ceuta huir de la quema y garantizarse su continuidad en
la categoría.
Así las cosas, los ceutíes llegan a la última jornada en la
decimotercera posición libres de todo peligro, pero sin
posibilidades de meterse ‘in extremis’ en la Copa. A pesar
de la intrascendencia del choque ante el colista y
descendido Díter Zafra, Orúe confía en su equipo para jugar
a un buen nivel y brindarle la victoria a sus seguidores,
que esta temporada han disfrutado muy poco en el Murube por
los numerosos tropiezos del Ceuta. Para noquear al equipo de
Rincón Rus, con el que Orúe coincidió en el Cacereño cuando
el entrenador del Díter era el secretario técnico del club
de Cáceres, el jerezano apostará por un ‘once’ muy similar
al de las dos últimas jornadas porque tampoco tiene mucho
donde elegir por las bajas de Juanma, Nayim, Perita y
Moisés. Novoa defenderá por tercera semana consecutiva la
portería; línea de cuatro en defensa con Cerveró, Mario,
Sandro y Sergio Tejero; en la medular Berruezo se pegará a
la banda derecha, Krios y David Franch formarán el doble
pivote y Miguel puede arrancar desde la izquierda si se
confirma el regreso de Platero, suplente en Cuenca y
Talavera. El algecireño, que podría jugar su último partido
con el Ceuta, actuará en la mediapunta por detrás de Diego
Herrera, el ‘pichichi’ del conjunto caballa con nueve goles
en 17 partidos.
Rincón viaja hoy con sólo 15 futbolistas y algunas bajas
sensibles, por lo que echará mano de tres juveniles.
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