La paridad vuelve, y esta vez lo hace materializada en un
extenso anteproyecto de ley que administración central,
asociaciones y sindicatos llevan gestando cerca de dos años.
Y que en Ceuta tiene como una de sus grandes valedoras a
Milagros García, responsable de Políticas de Igualdad del
PSOE ceutí, que contempla satisfecha la llegada de Ley de
Igualdad entre Mujeres y Hombres, legislación que “garantiza
por fin esa igualdad de la que tanto hablamos”, subraya.
La medida entrará en vigor en 2007 y supondrá la
modificación de algunos cánones de la empresa privada. Una
parte del sector no acaba de entender que las entidades con
más de 250 trabajadores tengan que aplicar criterios
paritarios y establecer una cuota femenina a través del
Planes Colectivos; las que tengan menos de 250, estarán en
la obligación de recoger la paridad en los convenios
laborales. “Es una medida revolucionaria”, comienza Milagros
García, “y no puede gustar a todos por igual”. Pero confía
en que, según se vayan dando a conocer los entresijos del
texto, las posturas se acerquen y se entiendan.
Una Ley que tocará teclas en casi todas las áreas de la
administración central con una financiación de 400 millones
de euros anuales. Después de que eche a rodar, las medidas
serán revisadas en cuatro años por el Ministerio Trabajo y
Asuntos Sociales para “hacer una evaluación más estricta y
cambiar lo necesario”; después del anteproyecto de la Ley de
Dependencia, el Gobierno vuelve a pedir la movilización de
los sectores públicos y privados.
Mujer en el Gobierno
“La mujer ocupa el primer lugar en importancia política para
el Gobierno”, enfatiza García que matiza la cuestión para
los ‘suspicaces’, “pero esta es una ley de igualdad entre
ambos sexos”. Igualdad de derechos que en ocasiones no es
real a pie de calle ni de despacho. El PSOE recuerda que
existe una diferencia de veinte puntos entre hombres y
mujeres en la tasa de ocupación; una “brecha salarial”
importante; y una estadística aplastante: 27 mujeres
abandonan su trabajo por razones familiares por cada hombre
que lo hace. Lo que se pretende con la Ley de Igualdad es
“eliminar barreras”, algo que empezará desde la entrevista
de trabajo, en la que preguntas como la intención de tener
hijos o de contraer matrimonio quedarán fuera del
cuestionario; no son baremos que midan en ningún momento la
profesionalidad o cualificación de la aspirante.
Para las empresas habrá subvenciones que cubran las
sustituciones por maternidad; y para ellas, ampliación del
periodo de baja. La discriminación por sexo y el acoso en el
trabajo se penalizarán con sanciones de hasta 90.000 euros;
y la Administración predicará con el ejemplo porque el
cuarenta por ciento de los cursos de formación pública se
reservarán a mujeres y se crearán ‘órganos vigilantes’ en
cada Ministerio para velar por el cumplimiento de la ley.
¿Hacen falta tantas medidas basadas en la discriminación
positiva? La respuesta socialista es un ‘sí’ rotundo aunque
Milagros García entiende que evolucionarán y “acabarán por
desaparecer”. A día de hoy “no estamos en igualdad de
oportunidades, hay que ser realistas, y para llegar a la
igualdad y mantenernos en ella las acciones positivas hacen
falta todavía”. Estereotipos y roles prefijados completan el
cóctel de la mujer española 2006, imágenes sociales contra
las que también quiere luchar la Ley. La asignatura
Educación para la Convivencia que trae consigo la LOE, prevé
la incorporación de contenidos que expliquen el significado
de la paridad “desde la infancia”. ¿Por qué? Asimilación y
comprensión del modelo de convivencia entre hombres y
mujeres basada en “el respeto”.
Y mucho más. El PSOE de Ceuta promete informar de cada paso
que dé la normativa a través de charlas, conferencias y
dípticos. El trabajo del Gobierno requerirá coordinación con
las autoridades locales. Y lo propio tendrá que hacer la
Ciudad, a partir de las directrices que se establecerán en
las Conferencias Sectoriales. Por lo pronto tenemos el
primer párrafo del anteproyecto: “Esta Ley tiene por objeto
hacer efectivo el principio de igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres, en particular,
mediante la eliminación de la discriminación de la mujer en
cualesquiera ámbitos de la vida y, singularmente, en las
esferas política, civil, laboral, económica, social y
cultural para alcanzar una sociedad más democrática, más
justa y más solidaria”.
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