¿Recuerdan aquella canción que
comenzaba diciendo “A veces llegan cartas…”? Pues, en esta
ocasión, por razones de mis fatiguitas como articulista, a
veces me llegan emailes de lectores opinadores, a quienes me
apresuro a contestar para que no se me cabreen ni piensen
que les ninguneo, por más que los emailes contengan retos,
como el de mi amigo Roberto Carlos, que me mandó una foto
realizada en la barriada del Príncipe de Ceuta que ponía
“Muerte a los cristianos” y me conminaba con dureza a tener
la “gallardía” dicho textualmente, de comentar la pintada en
la que nos quieren dar matarile a los católicos
occidentales.
Lógicamente yo tengo la gallardía, como buena descendiente
de la testiculina de Rodrígoz Díaz de Vivar, de comentar lo
que me apetece y en mi periódico no existe la censura, ni
existen tampoco temas “intocables”, de hecho para mi lo
único “intocable” es el amor y el profundo respeto por Dios
y España y de eso opino y escribo cuanto sale de mi ingle
morunilla. Total, que mandan a unos plumillas a la barriada
del Príncipe a ver si la pintada sigue vigente con su
mierdoso mensaje, pero el hecho, Roberto Carlos, es que ya
la habían borrado, aunque el testimonio gráfico de los
sentires del mamonazo desagradecido de su autor, ha quedado
sobradamente demostrado.
¿Qué por que el presunto islámico que quería darnos muerte a
los cristianos es un desagradecido? Desagradecido y un
asqueroso, porque lo que reconcome la sangre es que, para
desearnos muerte ha utilizado, el muy mamón una pintura en
spray, inventada por los occidentales, apuesten cualquier
cosa a que, el mamarracho llevaría un reloj en la muñeca,
invento también occidental y un teléfono movil, cortesía de
nuestra civilización, encima utiliza nuestro idioma, que
hablan cuatrocientos millones de criaturas y apuesten
cualquier cosa a que no iba ataviado con una chilaba y un
turbante, sino vestido aprovechando el diseño rompedor y
mundialmente imitado de nuestra moda de Occidente. Oigan y
yo que lo siento, que seamos un mix de filosofía griega,
derecho romano, Humanismo Cristiano y los más espectaculares
avances científicos y tecnológicos. Lo hemos inventado y
descubierto todo, desde las vacunas a los ordenadores, por
eso el tiparraco que nos desea la muerte, amen de un
chupóptero es un envidioso y un desagradecido. ¿Muerte a los
cristianos? ¡Vamos chavalote, besa el suelo por donde
pisamos los que, desde nuestra cultura, hemos contribuido a
todo lo bueno y lo excepcional de la Humanidad!
A veces me llegan e mails y Roberto Carlos, rabioso me da
las gracias por nada, por no haber hecho caso a la foto.
Roberto Carlos, colega, si que le he hecho caso y no me
gusta que me llames mindundi por haber criticado en un
artículo hecho por encargo previo, un libro de una
determinada editorial donde aparecía la guerra santa como
uno de los pilares del Islam, junto a la oración, la
limosna, lo de la Meca y demás ¿Tu te crees que yo me chupo
el dedo? Yo se perfectamente todo lo relativo a la Yihad,
pero incluso yo, merdellona hispanorrifeña de la
ciberderecha y católica tengo que acceder a la corrección
política de dulcificar determinados temas. Se lo relativo a
la Yihad y se los malísimos propósitos del integrismo, se,
siento y conozco lo que todos sabemos, sentimos y conocemos,
pero a veces me debo a la cortesía de,si me piden dar un
poco de almíbar a un tema espinoso, dar el almíbar, por
educación y por gratitud a la absoluta libertad que me
brinda mi editor a la hora de opinar.
Criticar un libro de texto por decir que uno de los pilares
del Islam es la guerra santa es una manera tan burda de
negar la evidencia que, cuando se hace, es de una manera
caritativa y amable, dando árnica a los islámicos, por
darles vidilla y cuartelillo. Porque si agarramos lo de la
Yihad y lo de los terrenos conquistables para sus creencias
y hoy poblados por infieles, la cosa puede ponerse muy
delicada y muy desagradable, muy en plan el mejor politólogo
de izquierdas europeo, el italiano Giovanni Sartori que dice
lo que dice y los gobernantes se callan o en plan Oriana
Fallaci que escribe lo que escribe y es todo best seller. Lo
que todos pensamos y opinamos no es ningún secreto de Estado
y decir que la editorial había errado porque el concepto
Yihadista no existe es una parida como una catedral, pero si
me piden que dulcifique en mil palabras yo dulcifico, para
hacerle la rosca al director, babeando porque me ponga en
nómina, en plan Lourdes lingüístico, en plan la moral del
eufemismo. Porque te digo, Roberto Carlos, colega, que tu
indignación es justificada y que, puestos a tener mala leche
podríamos competir a nivel paritario, porque supongo a mi
interlocutor de mi ADN, del nuestro, del de Covadonga y la
Reina Santa, Isabel de Castilla y Aragón, la Católica, la
que hizo berrear al depuesto rey Boabdil en el lugar
conocido como “El suspiro del moro” “Llora como mujer lo que
no supiste defender como hombre”.
A veces llegan emailes y yo contestaré a todos, desde el
corazón, que en japonés se dice Kokoro y es el nombre de la
finca de mi admirado amigo Fernando Sanchez Dragó, otro
colega que, puesto a tener mala leche, la tiene como el
kefir, que es como Dios manda, porque Dios manda que no
seamos babosos, seguidistas, ni oportunistas, será que
Nuestro Señor es como es por los cojones que le echó a la
Pasión. Tío, Roberto Carlos, somos nosotros, nos ha tocado
la lotería de la Historia ¿Cómo nos vamos a cabrear porque
un trepaollas nos desee la muerte? Recuerda los versos
clásicos “La crítica majadera, de los versos que escribí,
pedante, poco me altera, más pesadumbre tuviera, si te
gustaran a ti” ¿Qué nos desean la muerte? Pues que les den
directamente por el culo.
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