En la Península donde, según la
Policía, se roba un domicilio cada minuto, hay una auténtica
psicosis de terror y un absoluto sentimiento de indefensión
ante la escalada de atracos, ya en casas habitadas, con toma
de rehenes, palizas, torturas y demás. Siempre se habla de
los mismos "Bandas del Este" y a servidora que ha conocido
algunas bandas por razones del oficio, le parecen muy
diversos en cuanto a métodos e idiosincrasia los albaneses,
los kosovares y los violentos rumanos, todos ellos llegados
a España por el tremendo coladero de Schenguen, una Europa
sin fronteras donde, las bandas campan por sus respetos,
queman un país y su mudan a otro sin ningún tipo de control.
Los albaneses, suelen primero darse una pasada por Italia
porque les pilla más cerca y luego llegan a delinquir a
España chapurreando un poco de italiano, los kosovares
llegan directos y los rumanos en los autobuses llenos de
inmigrantes ilegales disfrazados de falsos turistas que
pasan por la frontera desde Francia. Lógicamente, en Rumanía
están exultantes de felicidad porque, gran parte de las
mafias gitanas de la mendicidad, el robo y la prostitución,
han elegido nuestro país como campo de operaciones y llegan
encantados, dispuestos a aprovechar todos los resquicios de
la Ley del Menor para mandar a niños a robar sin
consecuencias, satisfechos con el garantismo de nuestro
Sistema y encantados con cárceles que para ellos son hoteles
de cuatro estrellas.
Los albaneses son más de robar en casas habitadas, como las
terribles bandas sudamericanas, léanse cogoteros y
atracadores y no sienten el mínimo respeto, ni por la vida
ajena, ni por unas leyes que les parecen hechas para
castigar a niños de teta, que no a peligrosos criminales.
Los kosovares siempre se han caracterizado por su querencia
a las naves y a las cajas fuertes y son buenos butroneros
amen de desactivar alarmas con toda comodidad. Y
precisamente cuando los robos son el pan nuestro de cada día
y la ciudadanía está con los instintos de un gato rabiando,
Alonso, el excelente Ministro del Interior es cambiado a
Defensa y nos ponen a un novato, en lugar de ofertar el
Ministerio a un comisario experto ¿Mi candidato? Lo tengo,
es el mejor policía que he conocido en mi vida, fue
comisario en Málaga donde golpeó a la delincuencia con
ferocidad y hoy, comisario jefe de Melilla es, según los
melillenses, "lo mejor que nos ha pasado en años" Tino
Villabona es Therminator en plan policial, afortunados los
melillitas que pueden disfrutar de su inteligencia y su
profesionalidad, eso si, mejorando lo presente, ya que no
conozco al comisario ceutí y lo que me han hablado de el no
ha sido bueno, sino muy bueno.
Eso si, mis veintiseis años de experiencia en el derecho
penal deberían ser utilizados por algún mandamás, porque yo
se más picardías y más vueltas y revueltas que cualquier
sesudo consejero, eso si, yo no se agitar el botafumeiro ni
soy pelotillera,será por el que no progreso en la rex
pulblica. Pero la solución a la delincuencia extranjera es
tan sencilla que se le ocurriría hasta a un mandril rijoso,
ofrezco la idea desinteresadamente y no quiero ninguna
contraprestación que no sea alimentaria, es decir, me pueden
regalar un jamón de Jabugo, unos mazapanes del Santo Cristo
Amarrado a la Columna, unas yemas el Ecijano, el placer del
sibarita o una caña de lomo ibérico.
Verán, si no es fácil. Hay una sola cosa que aterra a
absolutamente todos los delincuentes de todas las
nacionalidades que he concocido: ser entregados a su país de
origen. Las nacionalidades de riesgo están perfectamente
delimitadas por la policía y se trata de que la UE obligue
que estos países firmen acuerdos con los socios europeos
para que, los criminales, cumplan las condenas en cárceles
de sus países. Presionar a Albania, Kósovo o países
sudamericanos, que suelen ser países de mierda con malísimos
gobernantes (de ahí que estén empobrecidos por su mala
gestión) es fácil, al igual que apretar a los africanos o a
los franceses. No hemos de olvidar que la irrupción de las
terribles mafias franco argelinas en la Costa Mediterránea
ha supuesto un duro golpe para los traficantes marroquíes de
toda la vida, esos qie iban a lo suyo sin buscarse problemas
extra. Con la irrupción de los argelinos franceses han
comenzado los secuestros, los atracos y los robos. En los
ochenta y en los noventa incluso, el contrabando de droga
era diametralmente opuesto a la tenencia de armas, ahora van
íntimamente unidos. La única ventaja en cuanto al
cumplimiento, reside en que, los franco argelinos sienten el
lógico horror ante lugares tan peligrosos y tercermundistas
como son las cárceles de Francia y prefieren cumplir diez
años en España antes que cinco en su país.
Convenios para el cumplimiento de las penas en los países de
origen, fáciles con un poco de presión y , por absolutas
razoners de seguridad ante la delincuencia común y el
terrorismo, violver a una Europa con fronteras. Un incordio
para el ciudadano europeo honrado, pero una necesidad a la
hora de filtrar la entrada de indeseables de cualquier
nacionalidad. Fronteras, estaciones ferroviarias y
aeropuertos blindados. Todos sabemos que, la seguridad,
tiene su coste a la hora de disfrutar de determinadas
libertades. Lo saben los vecinos de urbanizaciones que
sufren hasta treinta robos en un mes y a quienes, los
delegados de gobierno, aconsejan poner alarmas en sus casas
y llamar a la policía si llegan los malos y los malos no han
desactivado antes la alarma y secuestrado a la familia
entera. Eso si, ante las patrullas de vecinos y la intención
de los ciudadanos de hacerse con armas para defender a los
suyos, los mandamases ponen el grito en el cielo. Pero lo
que no deben olvidar los mandamses es que, los ciudadanos de
a pie no tenemos escoltas pagados por los contribuyentes y
que nos tenemos que defender por nuestros medios.
Cumplimiento en el país de origen, rechazo en las fronteras
y endurecimientos de normativas como alquileres de viviendas
de manera que los propietarios lo hagan tan solo a
residentes y no a personas que pueden ser muy bien ilegales.
Por más que alquilar a ilegales sea un chollo, se cobra tres
veces más rentas y luego los inmigrantes se realquilan por
camas. Control en los rent a car y policía en la calle,
quiero decir, tipo Alemania cuando perseguían a quella banda
de Andreas Baader donde los politicos consiguieron que no
hubieran treinta millones de alemanes sino treinta millones
de policías dispuestos a oír, husmear y denunciar. Por
cierto, los Waader se suicidaron todos en prisión, al mismo
tiempo y en unas extrañas circunsdtancias que importaron un
ardite a los ciudadanos. Aviso para navegantes: si un
Gobierno falla al garantizar la seguridad su posterior
fracaso electoral está cantado. Y es la hora de los
tecnócrtas porque la cosa está muy caliente: de Ministro del
Interior un comisario, esa es la única garantía de los
españoles de poder ener po mejor, de lo contrario,
prepárense ¡Que vienen los del Este!
|