Miguel Ángel Fernández Molina, encargado de la defensa de
A.C.A., uno de los tres acusados que actualmente se
encuentran en prisión y que, además, es sobrino de otro
acusado, sorprendió ayer a la sala con un documento en el
que se demostraba que el tiro de la luna delantera del coche
siniestrado no fue efectuado desde el exterior sino desde el
interior del vehículo, tomando como referencia una
fotografía del mismo y comprobando el estriado del agujero.
De este modo, justificó su teoría de que los ocupantes del
vehículo también iban armados y que los casquillos hallados
en el interior del coche pertenecían a sus armas y no a las
de los asaltantes “porque los expertos ya han señalado que
todos los tiros se efectuaron a larga distancia salvo el
tiro de gracia”.
El letrado también hizo referencia a las continuas
contradicciones del testigo de cargo con respecto a la
ubicación de los pistoleros y recordó al tribunal no sólo
que su defendido se encontraba en Marruecos desde el 29 de
diciembre de 1999 y que así se había acreditado
documentalmente sino también que el testigo de cargo no lo
mencionó nunca hasta la tercera declaración y que luego
“nunca lo ubicó en el mismo lugar ya que unas veces lo
situaba en el grupo ejecutor, otras en el de apoyo y una vez
incluso dijo que fue él quién lo persiguió hasta el
quemadero y le dio el tiro en el pie demostrando así que
utiliza a mi defendido como comodín”.
Al igual que el resto de sus colegas de la defensa,
Fernández Molina solicitó al tribunal la absolución de su
defendido por entender que había quedado demostrado que
estaba en Marruecos.
|