Pasaban la droga desde Ceuta, donde ingerían las bellotas de
hachís, y las trasladaban hasta la provincia de Cádiz. Cinco
jóvenes han sido detenidos, y ya son diez, presuntamente
implicados en el tráfico de estupefacientes tras la
operación policial denominada ‘Operación Estomago’.
Funcionarios del Grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen
organizado de la Policía Nacional han detenido a cinco
jóvenes en Chiclana de la Frontera (Cádiz), en el marco de
la citada operación contra la distribución de hachís, en el
barrio de La Laguna de aquella localidad gaditana..
La dos primeras detenciones se produjeron cuando los agentes
sorprendieron a D.B.G., de 24 años, y M.L.N., de 22 años,
vendiendo más de 80 gramos de hachís en la ventana de un
domicilio particular vecino al del cabecilla --ya detenido--
de la organización que introducía hachís desde Ceuta hasta
Cádiz.
De hecho, estos dos arrestados fueron sorprendidos cuando
los agentes vigilaban el domicilio del supuesto jefe de la
red. Posteriormente, también fueron descubiertos J.L.S.G,
A.P.R. y P.A.R., de 20, 25 y 36 años de edad,
respectivamente, vendiendo droga en la misma zona.
Además de un presunto delito contra la salud pública, a
P.A.R. se le imputa otro de atentado a agente de la
autoridad, ya que para evitar verse interceptado por uno de
los policías, le lanzó el ciclomotor con el que trataba de
huir.
Ya son diez los detenidos por la citada operación,
desarrollada a lo largo de más de seis meses y cuyas
detenciones comenzaron el pasado 29 de marzo; en concreto
tres personas cuando intentaban introducir en la ciudad de
Cádiz más de dos kilogramos de hachís que, previamente,
habían ingerido en Ceuta.
Modus operandi
Este grupo supuestamente tenía un contacto en la Ciudad
Autónoma quien recogía a los detenidos cruzaban a Marruecos
y volvían a Ceuta para después de llevarles a una casa donde
ingerían las bellotas de hachís, intentaban pasar los
controles fronterizos sin ser detectados. Posteriormente,
eran recogidos por un vehículo que los trasladaba desde
Algeciras hasta la capital gaditana.
Los funcionarios policiales, tras recibir quejas de los
vecinos de una conocida plaza del barrio de La Laguna por la
presencia de un hombre en la zona --que siempre vestía
camiseta amarilla sin mangas como señal de que tenía hachís
para vender-- que se dedicaba a la venta de sustancias
estupefacientes, comprobaron que sólo era un eslabón más de
un grupo que se dedicaba a esta actividad ilícita.
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