Para servidora de ustedes, que ha
estudiado en el libro de la Educación y la Vergüenza, todos
los nacionalistas son pura mierda, con perdón de la palabra
y sin que quepa hacerse distinciones. El PNV, el Ciu, el
Benegá, la Ezquerra Republicana, los mismos chupópteros
renegados y encima, son cursis y pamplineros. Decía
Maquiavelo que, al Príncipe un crimen puede disculpársele,
pero un error jamás. A los nacionalistas se les pasa
levemente el que sean traidores a España, trajinosos y
cainitas, pero el que sean unos melindrosos vomitivos con
una especia de moral inmoral fabricada a base de pamplinas,
eso, no tiene perdón de Dios.
La última estupidez no tiene el nombre del Arresku que es el
bailecillo a base de saltitos con el que los vascos aburren
hasta a las ovejas en cuanto tienen ocasión, ni el Himno del
gudari que es deprimente. ¿Para cuando una buena Operación
Malaya en las diputaciones y ayuntamientos controlados por
el PNV? ¡Que se sepan y se conozcan esas subvenciones a los
criminales de ETA y a sus familiares! ¿Qué dicen ustedes?
¿Qué no hay testiculina en España para lanzarles a los
peneuvistas al Tribunal de Cuentas? Vale, de acuerdo, puede
que no la haya por el momento, cuando tan huérfanos estamos
de líderes carismáticos que sean grandes filósofos e
ideólogos capaces de entusiasmar y encima buenos gestores.
Pero donde menos se espera puede saltar la liebre y aparecer
un gran político neocom que nos enamore con sus ideas. Será
Insha´Alláh, como dirían mis paisas.
Pero vuelvo y revuelvo sobre mis pasos dialécticos para
tratar de la última jilipollez nacionalista, que viene a ser
la esencia del mamoneó a la par que una provocación a todos
los españoles. Se trata de los nacionalistas catalanes que
están prohibiendo en su región que se venda nuestro racial
toro de Osborne y las típicas gitanillas, ya saben, ese tipo
de souvenirs que tanto apetece a los guiris de calcetín
blanco con sandalia y botellín de agua recargable en los
bares. ¿Qué si los guiris ricos no compran el toro y la
gitanilla? Perdonen, los guiris ricos se llaman ciudadanos
extranjeros con segunda residencia, no recargan el agua y se
dejan un auténtico pastón en las boutiques de Puerto Banús y
en las exquisitas tiendas de antigüedades. Los residentes
extranjeros de la tercera edad, con sus buenísimas
pensiones, vienen a calentar sus huesos artríticos en las
maravillosas costas mediterráneas o atlánticas y a buscar la
calidad de vida española que es única en el mundo, por el
clima, por las horas de luz, por la comida y por nuestro
personal encanto autóctono, excepción hecha sea de los
nacionalistas, que parecen siempre amargados, son esaboríos
y tienen una lista de agravios más larga que la del Pueblo
Palestino que es el que tiene más agravios del mundo.
Pues los catalinos radicales, dejando a un lado lógicamente
a nuestros hermanos charnegos andaluces y extremeños que lo
que hay que hacer es dotar al invento de infraestructura
para que retornen a su tierra y a sus raíces .Los catalinos
han logrado que trescientos mil coches luzcan, en lugar de
ese toro, al que, creo que fueron mis queridos colegas Los
Polluelos compusieron el himno de “Ceuta y Melilla del toro
las criadillas”, en lugar de nuestro símbolo patrio,
declarado BIC, es decir, Bien de Interés Cultural, un
borriquillo de ellos que se han sacado de la ingle, un
borrico catalán. Los muy copiones, los muy mindundis, cuando
el burrito más querido de España y del Universo Literario es
de Moguer, en Huelva, donde el genial Juan Ramón escribió,
ayudado por los querubines “Platero es pequeño, menudo y
suave…” Y comparaba los ojos de su borriquillo con dos
escarabajos de cristal negro. Y no es que los meridionales,
los sureños, léanse andaluces, ceutíes y melilleros, podamos
presumir de que, nuestra tierra fecunda ha parido lo más
bello, lo más hermoso y lo más poético de nuestra España, es
que es así: Para burrillo Platero, los demás son segundones.
Y para arte la muñeca vestida de gitana que se pone encima
del televisor, como si se viviera en el decorado de una
película de Almodóvar y no una especie de muñeca vestida de
bailar la sardana, esa melancólica danza circular de
antiguos orígenes e idénticamente tediosa a través de los
siglos.
Mejorando lo presente ¿De donde se va a comparar una sardana
con un fandanguillo bien bailáo, unas sevillanas rocieras o
incluso unas peteneras, el cante y baile de los muertos que
todavía algunos artistas temen danzar por el mal vagío?. Se
representa nuestra tierra, esta piel de toro de nuestras
entretelas, allá por guirilandia y son faralaes, es embrujo,
es arte…Es…¡Joder, me emociono! Que ya contaban los romanos
allá por el Imperio que, las bailarinas de Gades, Cadiz,
eran las mejores del Mediterráneo y danzaban haciendo sonar
esos crótalos que son los tatarabuelos de nuestras
castañuelas. El problema de los nacionalistas, con ser tan
cainitas, es que no disfrutan , entre sus rencores, sus
agravios y sus políticas de subvenciones, del privilegio de
ser españoles, que es como decir ser católicos y
occidentales, que viene a significar que te haya tocado la
lotería de la Historia.
¿Qué los catalinos no quieren al toro y van de porculeros y
de pamplinosos? Pues que se queden con su burro segundón,
porque en nuestra cultura y en nuestra civilización, el
primer burro es Platero y Platero es nuestro.
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