La verdad es que, en muchas
ocasiones, tengo cierta dificultad para escribir sobre
determinados asuntos y, todo por querer complacer a mis
lectores que, por cierto, tengo más de los que muchos
desearían que tuviése.
Oiga, amigo guardia, cuando se enteran del número de
lectores que tengo, se cogen unos cabreos de aquí te quiero
ver. Vamos, el mismo que se cogen e impiden que se me
reconozca, en algunos protocolos, que soy el decano de la
prensa ceutí. Como si a servidor, de ustedes, le importara
mucho eso de ser el decano de la prensa ceutí. No me importa
lo más mínimo, O sea, para aclararnos y que no quede duda
alguna, me importa un bledo y el otro también. Siempre, a lo
largo de mi vida, he sido de una forma de ser y pensar que
no la voy a cambiar por nada del mundo, Ya lo dijo aquel
“genio y figura hasta la sepultura”.
Me gustaría, que duda cabe, poder complacer a todo quisqui,
pero eso es imposible, porque me faltaría tiempo y espacio
y, además, que no soy el presidente que le gusta complacer a
todo el mundo mundial.
Hoy como algo especial, y saliéndome del guión establecido,
voy a aprovechar este artículo u lo que sea, para felicitar
a mis amigos, Manolo y Abselam, los que llevan la barra de
la cafetería de Supersol, por el triunfo en la Champion del
equipo de sus amores , el Barcelona.
Vaya temporada que me han dado, Manolo y Abselam, cuando
cada tarde íbamos a tomar café acompañado de mi tocayo
Andrés Navas.
No se pueden , ustedes, imaginar la tela marinera que me he
tenido que tragar, cada lunes con los triunfos del Barça y
las derrotas del Madrid.
Y, encima, para más iniri, con la promesa de que si ganaban
la Champión , me comprometía a felicitarlos públicamente
desde esta columna.
Pues nada tíos que os felicito, tal y como os prometí desde
mi columna, por ese triunfo y a esperar que dé comienzo la
próxima temporada, con el deseo, por mi parte, de que sean,
ustedes, los que me tengan que aguantar, cada lunes, porlas
victorias del Madrid.
Hay que reconocer, porque es de justicia hacerlo, que a
pesar de que el arbitro era noruego allí, en el campo, los
que repartieron ”el bacalao”, con su buen juego, fueron los
jugadores del Barcelona, que ganaron con todo merecimiento
Sin paliativos, el Barcelona, por juego, ha sido un digno
campeón de la Liga y de la Champión. Ha sido, sin duda
alguna, el mejor equipo que ha prácticado fútbol de calidad
en ambas competiciones.
Bueno, queridos amigos, Manolo y Abselam, promesa cumplida y
a la espera de que hasta dentro de cien años, porlo menos,
no tenga que volver a escribir para felicitaros.
Ya os he felicitado, además lo he hecho con mucho gusto que
para eso sois un par de amiguetes mios. Ya he escrito de lo
bien que juega el Barcelona el mejor equipo, en estos
momentos, no sólo de España sino de Europa, como está
demostrado.
Y,.ahora, me voy a permitir escribir cosas que me
emocionaron de ese encuentro que vi, como muchos millones de
personas de todo el mundo, por la caja tonta.
Me emocioné cuando vi a los reyes de España, al Presidente
del Gobierno y a tantas y tantas personalidades del mundo de
la política prestando todo su apoyo al Barcelona.
Pero mi emoción alcanzó su máximo auge, cuando vi tantas
banderas españolas ondeando al viento. La mayoría de ellas,
llevaban ese toro bravio en el centro de las mismas.
Estába lleno de tanta emoción presenciando a nuestros reyes,
al presidente del gobierno y a tantas y tantas
personalidades del mundo de la política, prestando con su
presencia el apoyo al Barcelona, y a que las banderas
españolas ondeaban al viento, que tardé alguno minutos en
saber que las banderas no estaban del lado donde se
encontraban los reyes de España, el presidente del Gobierno
y todas esas personalidades y autoridades mencionadas. Eran
ondeadas al viento, aunque esto pueda parecer mentira, por
los aficionados del Arsenal tratando de animar a su jugador,
Reyes, cuando viera la bandera de su país.
No sé la razón del por qué , en esos momentos, se me vino a
la memoria que, en algún sitio había leído, allá por el año
45, el fenomenal matador de toros, figura indiscutible de la
tauromaquia, Manuel Rodríguez “Manolete”, toreaba en la
Monumental de Mexico capital.
Cuando, el genial torero cordobés, se dio cuenta de que
entre todas las banderas que ondeaban en el coso mejicano no
Estába la de España , se negó a torear mientras no se
colocase la bandera de su país, la bandera de España, en el
mastil de la plaza, en el lugar que le correspondía.
Una vez colocada, el genial matador de toros, ”Manolete”,
inició el paseillo con el que daba comienzo el festejo
taurino.
El genial torero cordobés, tuvo, lo que había que tener, en
esos momentos, para exigir la colocación de la bandera de su
país.
Igual, Manolete, se hubiése sentado con los del Arsenal.
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