Remodelar un gobierno no es tarea
sencilla ni plato de gusto para ningún político y menos en
un caso dramático como el que nos ocupa, forzado por la
repentina muerte de Elena Sánchez. Juan Jesús Vivas se ha
visto obligado a realizar ajustes en el suyo a poco más de
un año de la cita electoral tras la triste desaparición de
la consejera de Fomento, la portavoz del Ejecutivo y su
brazo derecho, por lo que sobra cualquier análisis político
y sólo resta desear suerte a los nuevos consejeros,
viceconsejeros y la nueva voz del Gobierno, Yolanda Bel,
quien recoge el testigo de la portavocía y ha de asumir el
complicado reto de emular a Elena Sánchez, incansable e
inquebrantable en su papel de portavoz, siempre solícita y,
como bien recordaba Vivas, para quien no había preguntas sin
respuesta. Bel tiene a su favor, a priori, un invisible hilo
conductor con el estilo de Sánchez: moderada y sobria como
la desaparecida consejera de Fomento y habituada al lenguaje
político, casi diplomático, que tan vien utilizaba Elena
Sánchez para escapar airosa de las preguntas incómodas,
vistiendo sus declaraciones con el lenguaje florido de quien
hizo de la función pública su vocación y su carrera
profesional. Poco más queda por analizar sin entrar en
suposiciones salvo la presunta incompatibilidad de la
vicepresidenta segunda de la Mesa Rectora de la Asamblea,
Celina de Miguel, asunto que se debatirá hoy en el salón de
Plenos en un debate extraordinario con carácter de urgencia.
Cuatro horas más tarde, a las dos del mediodía de hoy, en el
Salón del trono jurarán su nuevo cargo Juan Antonio Ferrón
como consejero de Fomento, su vacante en Gobernación la
ocupará manuel Coronado, el testigo en la portavocía del
Gobierno lo recogerá Yolanda Bel Blanca, que continúa como
consejera de Sanidad en la que contará como refuerzo con
Celina de Miguel que, por ostentar ya la vicepresidencia de
la Cámara, no tendrá remuneración por el cargo.
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