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OPINIÓN - LUNES, 15 DE MAYO DE 2006

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Por seguridad y por nuestro desarollo económico

El Gobierno de la Nación parece haber escuchado las propuestas de los agentes sociales de la Ciudad Autónoma que, desde hace muchos años, viene reclamando la implantación de una aduana comercial entre España y Marruecos en Ceuta. No será una aduana como tal pero permitirá, tanto a la ciudad como al país vecino, sacar provecho del inmenso tráfico de mercancías ilegales que cada día traspasan impunemente los pasos fronterizos de Melilla y especialmente de Ceuta. Paradójicamente, la Ciudad Autónoma de Melilla cuenta con un regimen diferenciado que permite a algunos productos, los más demandados al otro lado de la frontera, pasar como mercancías legales, en sus correspondientes vehículos de carga, pagando sus aranceles dentro de la legalidad universalmente aceptada y lejos de la imagen medieval de los porteadores cargados como mulas de cargarezando para no acabar pisoteados enuna de las avalanchas que han hecho tristemente famoso al paso del Tarajal. Pero no hablamos sólo de dinero y aranceles. La seguridad entra en juego con la mejora de las relaciones económicas con Marruecos. El desarrollo de una aduana comercial en Ceuta permitiría poner los cimientos del desarrollo económico a ambos lados del espejo fronterizo y empezaría por reducir los índices de delincuencia y desempleo en el Norte del país vecino, punto de origen de buena parte de los delincuentes que operan en nuestra ciudad. España, y con ella Ceuta, tiene un Producto Interior Bruto per cápita veinte veces superior al de Marruecos, cuya única vía de escape del Tercer Mundo es la frontera con España, para sus ciudadanos, que ansían pasar a nuestro país, presunto paraiso del desarrollo primermundista, y para su economía, que tiene en España a su mejor referente para desarrollarse abandonando décadas de proteccionismo y abrazar, con todas las consecuencias socioeconómicas y políticas que ello conlleva, una sociedad de libre mercado.
 

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