Natalia y Mariola son dos jóvenes estudiantes ceutíes, ambas
cursan el Bachillerato de Ciencias Sociales en los
institutos Camoens y Abyla respectivamente. Hay dos cosas
que unen a estas chicas, una de ellas es una estrechísima
amistad que mantienen desde muy pequeñas, la otra, la pasión
por la danza. Esta última es uno de los motivos por el cual
pasan tantas horas juntas al día con un fin común en mente,
el preparar el examen de acceso al Conservatorio de Danza
que tendrá lugar en Granada el próximo y cercano 24 de mayo.
Para este, ambas quieren llegar a un nivel envidiable para
demostrar al jurado que están preparadas para el reto y para
vivir de la danza en un futuro. En esta entrevista les
contaremos curiosidades que han vivido durante sus carreras
como bailarinas, así como los detalles de su preparación
para la importante cita que les espera a la vuelta de la
esquina.
Todos tenemos un sueño, algunos somos valientes y luchamos
por conseguirlo, y otros en cambio lo vemos tan imposible
que no nos atrevemos a sacrificarnos por él.
Sujetas al refrán ‘el que algo quiere, algo le cuesta’,
estas jóvenes trabajan varias horas diarias para estar a un
nivel envidiable cuando llegue una de las grandes citas de
su vida, el examen de acceso al Conservatorio de Danza, que
tendrá lugar en la ciudad granadina el próximo y cercano 24
de mayo.
Con una trayectoria en el baile de catorce años (que se dice
pronto) y tras muchísimas anécdotas y experiencias vividas,
estas chicas intentarán hacerse un hueco en el difícil mundo
de la danza.
Todo empezó cuando ambas contaban con la temprana edad de
cuatro años. Momento en el que el baile llamó a la puerta de
sus vidas. “Yo lo he vivido siempre en primera persona por
mi madre, pero ella nunca me obligó, la decisión de bailar
fue exclusivamente mía”, comentaba Mariola. Nuestra otra
protagonista, Natalia, recordaba su infancia bailando
siempre en casa, y decía que el baile era muy importante
para ella, “De chica estaba siempre bailando en casa y al
verme mi madre me apuntó a clases de danza. Aunque para mi
la siesta era intocable, cuando se trataba de ir a baile me
olvidaba de ella”.
Llevando vidas prácticamente paralelas, estas dos chicas
siguieron tomando la danza como ‘el pan de cada día’,
incluso en los días malos, ellas no perdían las ganas de
danzar. “No podíamos pasar sin bailar, y muchas veces este
nos servía como desahogo. Ni en los días malos se nos
quitaban las ganas de bailar, es más, con más ganas lo
hacíamos”, comentaba el dúo de bailarinas.
Esta dependencia de la danza les ha llevado a vivir muy
buenas experiencias, como cuando bailaron para el que
entonces era Presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga
Iribarne; o su actuación en la Plaza de Santiago, con motivo
del Año Xacobeo, en el 2004. Estos acontecimientos
fomentaron aún más las ganas de seguir dedicando sus vidas a
la danza.
Al plantearles la pregunta ‘¿qué es la danza para ti?,
Natalia contestó: “Forma parte de mi vida, son muchos años
dedicados al baile y ahora no podría dejar de danzar.” Como
era de esperar, Mariola respondió algo similar: “Es mi vida,
ya que con ella puedo expresar muchos sentimientos e incluso
me sirve para desconectarme de los problemas.”
El estilo preferido de estas chicas es el Flamenco, y en el
caso de Mariola, también la Escuela Bolera. Ambas recuerdan
con añoranza las clases de danza árabe que impartió en la
Academia una profesora oriental. Esta demostró que para
dominar la danza del vientre no hace falta ser árabe. Según
cuentan las jóvenes, esta tenía muchísima técnica y
aprendieron mucho de ella, compartiendo también muy buenos
momentos juntas.
Pero todo en las aficiones no es disfrutar, muchas veces
debes sufrir y sacrificarte para que esta se convierta en
una forma de vida. Por ello, nuestras protagonistas trabajan
a diario con un objetivo común, el examen de acceso al
Conservatorio de Danza, este tendrá lugar el próximo 24 de
mayo, y el escenario será Granada. Un examen en el que estas
jóvenes bailarinas se juegan el sueño de toda una vida y el
trabajo de la misma. En su preparación han colaborado muy
buenas profesoras, entre las que cabe destacar a María José
Lesmes, Loli, Silvia y Maite.
Las ceutíes nos contaban como muchos días han tenido que
echar horas extras para estar a punto para la cita de sus
vidas. Una cita a la que llegan con la ventaja de haberse
presentado anteriormente a un examen similar, este fue en
Málaga, y en el que nuestras protagonistas aprobaron con
buena nota, aunque según cuentan, los nervios les
traicionaron a la hora de la verdad y no pudieron demostrar
todo el trabajo que habían realizado en los dos años
anteriores a este. El optimismo que crea el haber aprobado
un examen parecido al que tienen que realizar dentro de
pocos días, no ha hecho que Mariola y Natalia se confíen
‘durmiéndose así en los laureles’, ya que llevan trabajando
muy duro desde que acabara el anterior, lo que ha aumentado
su control del baile y su técnica a la hora de ejecutar los
diferentes movimientos de la danza. Estaremos apoyando a
nuestras protagonistas el próximo día 24.
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