Como género periodístico, uno de
mis favoritos es la Política Ficción. Eso si, si yo fuera
consejera de algún Mandamás o cargo de confianza electo por
genuina dedocracia, el parir ideas o proyectos, formaría
parte de mi cometido y cobraría jugosísimos estipendios por
ello. Pero no es el caso, yo ando pidiéndole un duro a una
farola y mis ideas son gratuitas, de hecho van incluidas en
la moneda que cuesta el periódico y aunque le he enviado, en
plan anecdótico y sin segundas intenciones, varios cepillos
de los pobres al editor por si quisiera depositar su óbolo
en beneficio mío, que soy una tiesa de solemnidad, no se ha
dado por aludido y me ha hecho menos que repajolero caso.
Que le vamos a hacer. Reinaré sobre el mugriento teclado de
mi ordenador para opinar sobre una ciudad con un espectro de
posibilidades tan impresionante como es Ceuta. Proyectar
sueños sobre la ciudad autónoma y que estos se hagan
realidades no es en absoluto dificultoso. El potencial de
los ceutíes existe, siempre que se dejen a un lado los
mezquinos intereses de los que yo llamo los “ceutillitas”
porque son los de la capillita y quieren una Ceuta en plan
Juan Palomo de “Yo me lo guiso y yo me lo como” cuando está
más que demostrado que en esta Europa sin fronteras los
localismos paletos están fuera de lugar e idéntico derecho
tiene un holandés a llegar a la ciudad, presentar un
proyecto de inversión y llevarlo a cabo, o que desembarquen
los alemanes, como han hecho en Mallorca, que los muy joíos
tienen allí un lander y hasta hacen propagando electoral
alemana cuando son las elecciones de ellos. Les digo que
Mallorca está ocupada y que hay más alemanes que
mallorquines y no se puede hacer nada por evitarlo, porque
todos somos europeos y funcionamos bajo las mismas siglas.
Los lobbys de poder pueblerinos están desfasados e impiden
el avance de cualquier autonomía, porque son el perro del
hortelano, ni comen ni funcionan, porque no están
capacitados, ni dejan comer y funcionar.
¿Qué a que me refiero con lo del funcionamiento? Pues a
Gibraltar. Yo cuando vengo a Ceuta siempre recuerdo el Peñón
y como los llanitos, con todo los horteras que son, han
ganado al mar un montón de metros cuadrados, medio Gibraltar
es terreno del que ellos llaman “rescatado”. Así que yo me
figuro un futuro de rescate mantenido a la mar, ganar
kilómetros a las aguas, en plan codicioso, para luego llamar
a los promotores de Bruselas o de Amberes para que aterricen
con sus fabulosos proyectos inmobiliarios de chalets
adosados, clínicas y spas dirigidos a los jubilados de su
país cuyo sueño dorado colectivo es pasar sus últimos años
gozando de la inmensa calidad de vida española. Y servidora,
que en pobre ha viajado, les puedo decir que calidad de vida
como la meridional no existe más que en Grecia, porque tiene
mucho que ver con las horas de sol y la claridad del día que
es sanadora para los abueletes, al igual que los vientos
marítimos, porque diluyen cualquier asomo de polución o de
smog. La última moda es construir urbanizaciones enteras
para mayores, se vende hasta el último adosado, porque para
ellos nuestros precios son baratos y encima Ceuta, con las
posibilidades turísticas que tiene al estar a la vera del
mágico Marruecos para organizarles a los viejos excursiones,
carreras de la pólvora y jornadas de compritas.
Para mi que el comercio ceutí ha tocado techo. Mola el
turismo, rescatar metros al mar, construir y potenciar el
turismo de idiomas que es lo más, porque se hace un club
Hispánico dependiendo de la UNED, con residencia para
estudiantes y acuden como moscas de toda Europa para
aprender español. En Málaga capital el turismo de idiomas,
es decir, jóvenes que vienen a aprender español y a convivir
aquí unos meses es el principal, seguido del cultureta que
son los cuatro gatos que vienen a ver el museo Picasso.
Tanto viejos como jóvenes gastan dinero y consumen y se les
pueden ofrecer playa, buen clima, precios razonables y una
ubicación geográfica mágicamente privilegiada, mucho mejor
que la de Melilla, porque esa ciudad está mas lejos y fallan
los medios de transporte, de hecho, tienen un barco costroso
y un avioncillo de “Aterriza como puedas”.
Dentro de la política ficción se me antoja que, llegará un
día, en el que, el comercio ceutí sea tangencial y lo
interesante sea la potenciación de la industria, el aumento
radical de la población con urbanizaciones para extranjeros
(la Costa Granadina está copada por los guiris jubilados y
cada vez necesitan más espacio) ¿Qué si España se va a
convertir en una especie de geriátrico de Europa?
Seguramente si, pero esa atención potencia sectores como el
de servicios, construcción, mantenimiento e
infraestructuras. ¿Qué entre los estudiantes de idiomas y
los viejos pueden invadir Ceuta? ¡Ojalá! En mi mente la
ciudad necesita más población, abrirse a Europa
definitivamente y no permanecer encerrada en si mismo
gimiendo por los pobres y los parados. Si hay parados que
busquen trabajo en la Península que lo hay y mucho. De lo
que no puede tirar eternamente la ciudadanía con sus
impuestos es de los subvencionados oficiales, a esos
enseñarles a pescar o a plantar brócoli, porque ya está bien
de meter peces en las bocas y de maleducar a los seres
humanos convirtiéndoles en poco menos que inútiles para
buscarse la vida.
¿Qué si tengo más ideas de política ficción? Cientos, pero
lo cuento otro día, ahora me voy a merendar mi pan con
Nocilla, que me va a saber a la bendición de Dios.
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