Cuando el director ha hecho la pregunta en medio de la
redacción, todos hemos dicho que sí, que en algún momento
habíamos hablado, conversado o coincidido con Elena Sánchez
desde que habitamos en tierras ceutíes. Por un lado, es
comprensible: trabajar en medios de comunicación local es lo
que tiene, y te da la posibilidad de conocer a la clase
política de la que escribes. Pero por otro, en el caso de
Elena Sánchez era algo más fácil, más que nada por su
empatía y por su disposición a tener unas palabras para el
micrófono, la grabadora o el bolígrafo; y responder al
teléfono. Alguna vez incluso devolvía las llamadas a la
redacción de este periódico cuando no había podido
atendernos, con el consiguiente espasmo para el redactor que
creía estar soñando ante la buena disposición de la
concejala.
Era habitual coincidir momentáneamente con la consejera de
Fomento -momentáneamente porque llevaba un ritmo en el andar
difícil de ser superado- en algún local del centro, donde
tomaba café, fumaba un cigarro y leía la prensa. La imagen
que, cualquier persona de esta redacción, puede recordar de
Elena Sánchez es esa, ya que nosotros desayunábamos al mismo
tiempo, justo después de la rueda de prensa del Consejo de
Gobierno. Todos coincidimos ayer en que es ahí donde ha
podido surgir parte de la estupefacción que nos ha invadido
ayer tarde al enterarnos de su fallecimiento. Pero volviendo
a su empatía y a su disposición, la consejera de Fomento
contestó a este medio incluso en domingo, una verdadera
muestra de solicitud.
Te echaremos de menos Elena.
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