La noticia nos cogió a todos por
sorpresa cuando en la sobremesa de ayer viernes, con una
tarde que despuntaba gris, conocimos el fallecimiento de la
consejera de Fomento de la Ciudad Autónoma de Ceuta y
portavoz del Gobierno de Juan Vivas, Elena Sánchez.
Esta aragonesa convencida descubrió nuestra ciudad en 1998
de la mano del anterior delegado del Gobierno, Luis Vicente
Moro quien confió en ella como asesora. Más tarde alcanzó la
jefatura técnica de la representación del Estado en Ceuta. Y
fue así, con su inagotable fuerza hacia el trabajo, como
comenzó a sorber con tanto ahínco la realidad ceutí que se
prendó de su historia, de sus circunstancias y de su
realidad, hasta tal punto que hizo de esta tierra no sólo su
hogar, sino la causa misma de su particular lucha por ayudar
a la ciudad a salir de la situación harto complicada en la
que se encontraba en los albores del siglo XXI.
Una Ceuta, entonces un tanto caótica, con poca conexión con
la Administración Central, con la llegada del GIL... un
ambiente político enrarecido que parece quedar ya muy lejos
en el tiempo y que se ha podido superar, entre otras cosas,
por el trabajo y los esfuerzos de quien creyó en la ciudad,
como lo ha venido haciendo Elena Sánchez.
Funcionaria civil del Ministerio de Defensa, llegó como
técnico a la Delegación del Gobierno de Ceuta y se incorporó
a la vida política ceutí en 2003 desde donde lograba
trabajar, desde más cerca, con la realidad de esta tierra.
Como responsable del área de Fomento había diseñado un Plan
para cambiar y modernizar a la ciudad para un mejor servicio
a los ceutíes. Precisamente, Elena, se encontraba en Madrid
con la cartera repleta de asuntos ceutíes que tratar en el
Ministerio de la Vivienda. Incansable e inagotable
trabajadora, Elena Sánchez nos ha dejado mientras en su
mente se ordenaban estrategias que favorecieran a Ceuta ante
el Ministerio.
La Ciudad y los ceutíes, al margen de colores políticos
debemos estar agradecidos.
Elena Sánchez, descanse en paz.
|