Si existían dudas acerca de la solvencia de las empresas
Afinsa y Fórum Filatélico en cuanto a su capacidad para
devolver los fondos depositados por sus clientes, la opinión
de los expertos es que, dentro de la incógnita de saber qué
tipo de sellos comercializaban, “es poco probable que una
venta masiva de estampas pueda mantener su valor”. El
mercado de sellos se basa en un principio básico de escasez
por lo que conseguir una rentabilidad constante por una
cantidad elevada de ejemplares parece, en principio,
complicado. “Habría que saber de qué sellos se trata para
hacer un juicio claro, ya que el mercado español no es
demasiado abundante pero en un mercado internacional y con
un tipo determinado de sellos podría ser posible”, comentan
fuentes de la Asociación de Filatelia de Ceuta.
“Un aficionado a la filatelia se aproxima a esta disciplina
con ánimo de coleccionista, no de inversor. Aunque es cierto
que se puede llegar a pagar mucho dinero por un sello, en
este mercado se suele comprar caro y vender barato,
dependiendo de dónde surja el interés. Cuando alquien quiere
adquirir un sello se lo ponen difícil y cuando uno se quiere
desprender de una colección lo normal es que le ofrezcan
poco”, afirman desde la Asociación.
El historiador y encargado del Archivo de la Ciudad, José
Luis Gómez Barceló, compara este tipo de inversión en bienes
tangibles de valor añadido con la tendencia que surgió a
mediados de los años ochenta entre las cajas de ahorros y
bancos, a raíz de la creación de las fundaciones culturales,
de comprar obras de arte como valor de rentabilidad. “El
mercado no estaba preparado para un interés masivo en obras
únicas y el valor de éstas cayeron, con el lógico perjuicio
para la gente que vive realmente en este mundo, ya que el
mercado quedó desequilibrado”, explica.
Confianza
Independientemente de que haya o no haya fondos suficientes
para garantizar las inversiones de los clientes o que la
empresa pueda reemprender su actividad, lo que es cierto es
que se ha producido una pérdida de confianza en este tipo de
valores y la confianza es clave a la hora de efectuar una
inversión. “La actividad se estas empresas en concreto
exigían un gran margen de confianza ya que los inversores
adquirían unos sellos pero éstos se depositaban en las cajas
fuertes de la entidad y a menudo no eran ni siquiera vistos
por los compradores”, explican fuentes cercanas a la
Asociación de Filatelia. En cualquier caso, comentan las
mismas fuentes, lo más probable sería que los clientes no
supieran valorar la cuantía de su compra, puesto que los
pequeños inversores que actuaban con estas empresas, no
eran, generalmente, expertos filatélicos. “Afinsa sí
trabajaba con coleccionistas y en el mercado del sello
clásico a nivel internacional, la duda está en si existe
mercado para garantizar beneficios en ventas sistemáticas a
350.000 usuarios y, sobre todo, qué tipo de sellos
manejaban, ya que si no se trataba de ejemplares muy raros o
series completas, es difícil obtener esas rentabilidades”,
comentan.
Ceuta
La incertidumbre y desconfianza que ahora existe en torno a
la filatelia como valor de inversión era, hace unas semanas,
absoluta confianza por una actividad que sobrevivía a lo
largo de los años a través de dos empresas de reconocida
solvencia. Y esto era así hasta el punto de que algún ceutí
llegó a vender su casa y depositar el beneficio en la
filatelia como fondo de pensiones vitalicio. Inversiones de
30 y 40 millones de pesetas que pueden quedar en humo.
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