Años ha que hablamos de crisis. El
problema es de sobra conocido: comercio en declive,
desempleo alarmante, carencia de recursos propios, falta de
alternativas para la industria, escasez de suelo
edificable... y un largo etcétera muchas veces detallado. Lo
que falta son las soluciones. Y sobran las esperas
innecesarias. Para hallarlas se decidió, hace ya mucho
también, convocar una reunión urgente entre los agentes
sociales y las administraciones públicas que debía
consensuar salidas a la crisis económica que amenaza con
convertirse en crónica. Y ahí quedó todo. En una
convocatoria anunciada que no acaba de cristalizar.
De momento, los llamados agentes sociales, sindicatos y
empresarios, han hecho su parte del trabajo y han elaborado,
sin mucho esfuerzo para alcanzar un acuerdo unánime,
aseguran, un catálogo de propuestas sencillas y de fácil
puesta en práctica en torno a los cuatro pilares de la
economía ceutí: comercio, impuestos, industria y
construcción. Quedan por tanto por ponerse en pie las otras
dos patas de la Mesa de la Economía: las administraciones
públicas: Ciudad y Delegación del Gobierno en Ceuta. Las que
tienen la potestad para convocar a las partes. Las únicas
que no se han pronunciado aún pese a que la mitad del
trabajo, el necesario acuerdo entre ambos lados de la
economía, empresarios y sindicatos, está hecho.
Es urgente y necesario ponerse manos a la obra y aplicar,
que no buscar ni estudiar, medidas que impulsen la economía.
Medidas urgentes a largo plazo que garanticen el desarrollo
económico ceutí. Una urgencia cuya aplastente lógica no
parece calar en los poderes públicos, empeñados en
soluciones a corto plazo. Tal vez no sea suficiente con
peatonalizar el Revellín o construir aparcamientos para
relanzar el comercio. Quizá no basten los parches de los
sucesivos Planes de Empleo.
Son necesarias alternativas que equilibren la economía
ceutí, volcada en el comercio, el sector más debilitado; es
urgente potenciar los sectores creadores de empleo, léase
industria y construcción, aquejados de raquitismo; es vital
además replantear el sistema fiscal, rasgo distintivo de
Ceuta, optimizando una de las pocas ventajas de la economía
caballa y convertir las presuntas debilidades, como la
condición de frontera terrestre de la UE en virtudes
potenciales. Con urgencia. La crisis no espera.
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