La dirección del PP le ha pedido disculpas a Carmen Thyssen
y ha puesto en evidencia a la concejala de Urbanismo del
Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez. A quien se le
ocurrió decir de la baronesa que es una señora “caprichosa”.
Meterse con Tita Cervera es un peligro. Por razones obvias y
de mucho peso. Los bancos la adoran, es culta, y además
tiene un no sé qué que la pone en condiciones de llevarse a
la gente de calle. La verdad es que no acabo de comprender
cómo Alberto Ruiz-Gallardón ha sido capaz de exponerse a las
iras de una mujer que siempre termina amaestrando a los
hombres. Cierto que con Espartaco Santoni perdió la brújula
y a punto estuvo de quedarse a mitad de camino. Pero no creo
que a estas alturas el alcalde de Madrid, por más que haya
ganado fama de donjuán, sea un tipo capaz de cambiarle la
voluntad a una señora que se ha empeñado en proteger los
árboles del Paseo del Prado. Un bulevar que tantas veces
paseé en mis años mozos. Gallardón debe cuidarse de ella.
Porque si bien hasta ahora no ha podido con él el nucleo
duro de Génova -Acebes, Zaplana, Aguirre...-, mucho me temo
que el problema con la Thyssen sea aprovechado por los
susodichos para tratar de bajarle los humos. De momento, ni
siquiera los periodistas más levantiscos han podido poner en
la picota a la baronesa. ¿Por qué será?... Porque la Thyssen
es poder fáctico.
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