Marruecos se ha propuesto
potenciar, como nunca, el norte de su país. Además de dotar
de infraestructuras -carreteras- sus regiones
septentrionales con ayudas españolas (gobierno central y
autonómico andaluz) e inversiones en las ciudades con Tánger
como mejor ejemplo, el gobierno del reino de los alauítas
está empeñado en convertirse en una potencia turística con
un objetivo muy claro, superar a España en este goloso
ranking.
Para ello, el grupo constructor gallego FADESA se erige ya
en el principal activo del vecino país para convertir a su
costa mediterránea en un espejo de la Costa del Sol en la
orilla sur del Mare Nostrum. Si muy próximo a Melilla el
complejo Saidia se construye a pasos agigantados, ya se
conoce el nuevo proyecto por el que Kabila dispondrá de su
particular ‘Milla de Oro’. Un kilómetro de ‘puntero’
complejo turístico a ‘tiro de piedra’ de Ceuta.
Por fin Marruecos ha entendido que debe potenciar
económicamente su zona norte e intentar llegar a los niveles
de modernidad y de servicio que sus ciudadanos pueden
encontrar cruzando la frontera del Tarajal. La renta
percápita de un marroquí en la provincia de Tetuan se sitúa
en los 1.500 euros anuales de media, mientras que en Ceuta
los niveles alcanzan una media cercana a los 20.000 euros.
Un PIB marroquí inferior al de España en un 20 por ciento da
cuenta de que Marruecos necesita desarrollarse y está en el
camino con las ayudas, entre ellas, de España.
Ceuta puede, pues, recibir ‘ondas’ favorecedoras ¿por qué no
pensarlo? de la elevación de nivel en el norte de Marruecos.
El puerto de Tánger, la provincia de Tetuán y la zona
marítima costera mediterránea desde Castillejos hasta Martil
pueden convertir a la zona en un lugar desde donde sumar
sinergias en la creación de un ‘hinterland’ particular que
debe pasar, entre otras cosas, porque los vecinos reconozcan
la aduana comercial con Ceuta.
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