José Antonio Alarcón es el interlocutor perfecto si se
quiere conocer la realidad socioeconómica de Marruecos.
Licenciado en Historia Contemporánea, experto en el Magreb
Contemporáneo, secretario del Instituto de Estudios Ceutíes
entre 1986 y 1991, vicepresidente del CES-Ceuta y autor de
medio centenar de libros sobre Andalucía, Ceuta y el Norte
de África, este ceutí es el mejor guía a través de la
tortuosa historia económica del reino alauí. Esta es la
radiografía económica de Marruecos realizada ayer por José
Antonio Alarcón en la jornada de clausura del Encuentro
Nacional del CES.
Entre 1956 y 2005, Marruecos ha pasado por todos los
extremos económicos, desde el intervencionismo socialista a
la liberalización capitalista del último lustro de cara a la
apertura de fronteras comerciales de 2010.
Entre 1956 y 1960, una vez libre del colonialismo francés,
Marruecos, vapuleada en medio de las lógicas luchas de poder
para hacerse cargo de un país independiente, optó por el
intervencionismo, la acumulación socialista de capital y la
autarquía, volcada en la industria pesada.
Ya en 1960 y hasta 1983, la monarquía de Hassan II dio una
vuelta de tuerca y optó por dar un toque nacionalista,
‘marroquinizando’ la economía y nacionalizando sectores
productivos.
Ya en 1983, en pleno crecimiento español, y siguiendo un
plan del Fondo Monetario Internacional, Marruecos emprende
un plan de ajuste estructural de su sistema económico y
comienza un paulatino acercamiento a los postulados
liberales con la economía de mercado en el horizonte, una
meta que comenzaría a ser una tímida realidad en 1993 de la
mano del actual primer ministro Driss Jetu y el relevo de
Mohamed VI en el trono alauí con una serie de reformas
encaminadas a reestructurar toda su economía para estar
preparados para la apertura de fronteras comerciales en
2010.
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