Desde que en 1991 apareciera en la
vida institucional democrática la figuar del Consejo
Económico y Social, mucho ha avanzado nuestra calidad de
vida. El CES, que es un órgano al servicio del Estado y de
las distintas Autonomías, juega un papel fundamental a la
hora de analizar, servir y/o encaminar con sus dictámenes a
los muy diversos gobiernos desde un prisma independiente y
absolutamente real con el tipo de economía y sociedad con el
que se convive.
Uno de sus claros objetivos es servir de cauce de
participación y diálogo de los interlocutores sociales
-empresarios, sindicatos, y expertos de reconocido
prestigio- en el debate de los asuntos económicos y
sociales, haciendo llegar al Gobierno regional las
reflexiones y sugerencias de los mismos. Y no es este asunto
baladí, ni mucho menos.
Tal es el peso que va obteniendo el Consejo Económico y
Social que sus radiografías de sus respectivos entornos se
ajustan fielmente a las distintas situaciones que se
analizan.
Que los gobiernos sigan los consejos, admitan los
diagnósticos y empleen fórmulas para superar desequilibrios
detectados por los informes realizados por los diferentes
CES personalizados en cada región, eso es otro cantar.
Precisamente un análisis del funcionamiento y del servicio
que estos órganos consultivos ofrecen a la sociedad desde la
aprobación de la Ley y el papel que desempeñan en la
actualidad es el motivo de la reunión anual con Ceuta de
protagonista en esta ocasión al ser la sede del encuentro de
los Consejos Económicos y Sociales autonómicos y nacional
iniciada ayer y con continuación a lo largo de la jornada de
hoy.
Un evento más que la Ciudad Autónoma acoge confirmando su
potencial como destino turístico de encuentros profesionales
del nivel referido.
Bienvenidos.
|