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SOCIEDAD - MARTES, 2 DE MAYO DE 2006


retrato de jacinto ruiz. archivo.

historia / conmemoración
 

Ruiz Mendoza, un ceutí que
marcó un periodo de la historia

El Teniente murió antes de los 30 años defendiendo a España ante los franceses
 

CEUTA
Redacción
local
@elpueblodeceuta.com

Jacinto Ruiz Mendoza nace en Ceuta el 16 de Agosto de 1.779. Hijo de Antonio Ruiz, Subteniente de Infantería destinado en la Plaza  y de Josefa Mendoza, ambos naturales de Ceuta. Sus hermanos fueron Ignacio, Salvadora y Antonio. Es bautizado dos días más tarde por el párroco Don Bernabé Zilleruelo en la Iglesia de los Remedios de Ceuta, encontrándose su partida de bautismo en el Archivo de la misma.

El 17 de Agosto de 1.795, a la edad de 16 años, entra como cadete en el Regimiento Fijo de Ceuta, donde ya había servido como Capitán su abuelo paterno, don Antonio Nicolás Ruiz y donde su padre desempeñó el empleo de Alférez. El 10 de Julio de 1.800, a los 21 años asciende a Segundo Subteniente. A Subteniente el 21 de enero de 1.801, estando destinado en el Regimiento de Voluntarios del Estado y a Teniente el 12 de marzo de 1807, permaneciendo destinado en el mismo Regimiento.

2 de mayo de 1808

El 2 de Mayo de 1.808 los franceses que ocupaban España, querían trasladar a Bayona a los Infantes don Antonio y don Francisco de Paula. Esto hizo que el pueblo de Madrid cayese sobre los invasores dando muerte a algunos de ellos, pero cuando estos se reagruparon, fue imposible hacerles frente.

Mientras ocurrían estos hechos, el Teniente Jacinto Ruiz Mendoza se encontraba su casa enfermo en cama con fiebre. Al escuchar los primeros disparos en la calle, decide partir corriendo a la Calle Ancha de San Bernardo donde se encontraba su Cuartel para ocupar su puesto de combate. El Coronel de la Unidad, Marqués de Palacio, cediendo a las instancias del Capitán de Artillería D. Pedro Velarde y a las masas populares, decide enviar a la 3ª Compañía del Segundo Batallón al mando de D. Rafael Goicoechea con treinta y tres fusileros al Palacio de Monteleón para que hicieran respetar el Cuartel y Parque de Artillería que estaban allí situados.

Llegado al Cuartel de Artillería, en cuyas puertas se agolpaba la muchedumbre, Daoiz que era el más caracterizado desembaina la espada y manda abrir las puertas al pueblo.  Desoyendo las ordenes de su Capitán, el Teniente Ruiz penetra en dicho Acuartelamiento dirigiéndose al Capitán francés en estos términos: "El primer batallón de voluntarios del Estado esta a la puerta y los demás vienen marchando. Ya que por vuestra parte han empezado las hostilidades es forzoso entregarse inmediatamente, de lo contrario seréis pasado a cuchillo". El francés temeroso permite el paso al batallón que en realidad era una escasa Compañía, colocándola Ruiz frente a los franceses, mandando preparar las armas, lo que hizo que los invasores arrojaran las suyas.

En ese momento se presenta un destacamento francés que viene a recuperar el Parque. Ante la negativa de los voluntarios españoles, se produce una descarga francesa que es contestada por los españoles, causando numerosas bajas entre el enemigo y la huida de este. Unos momentos después regresan con gastadores con hachas que empiezan a romper las puertas, pero el fuego de los fusiles y el disparo de cañón que realizan desde dentro Daoiz y Velarde consiguió ocasionar numerosas bajas al enemigo obligándole a retirarse.

El pueblo armado atacó a los franceses desde la retaguardia, haciéndoles replegarse. Daoiz y Velarde aprovecharon para sacar dos cañones y colocarlos a la derecha de la salida del cuartel mirando hacia la calle Ancha de San Bernardo, dejando otro en la puerta que da a la actual calle Dos de Mayo. Otro permaneció en el patio y el último, servido por las mujeres cuando murieron o fueron heridos los artilleros, se situó en las calles que estaban en el extremo superior de la de San José.

Solamente Ruiz queda dentro del patio dispuesto a continuar la lucha hasta sus últimas consecuencias. En ese momento, con escasez de municiones, rodeado de cadáveres y humo, un segundo balazo penetra por la espalda y sale por el pecho, dando con él en tierra y cayendo así el último defensor . En ese momento acaba la lucha debido a que el Capitán Goicoechea se rinde y el enemigo entra en el Parque de Artillería.

El General francés Murat, enterado de las elevadas pérdidas que había tenido la División Lefranc, ordena fusilar a los defensores españoles y en especial al Teniente Ruiz Mendoza. Este había sido conducido en hombros por sus soldados, depositándolo en su cuartel y desde allí es trasladado a su domicilio, sito en la Casa de Doña. Mª Paula de Variano donde se oculta, siendo curado de sus heridas por el doctor D. José Rives. La noticia que oyó a sus asistentes de que había sido sentenciado a muerte le hizo arrojarse de la cama lamentando no haber perecido son su compañeros Daoiz y Velarde; teniendo los presentes que retenerle en el lecho.
 


Descansa en la Ciudad de Ceuta

El Teniente Ruiz Mendoza fallece el 13 de marzo de 1.809 cuando aún no había cumplido los 30 años. El 14 de marzo del año 1.809 se le dio sepultura en la parroquia de San Martín de Trujillo. En junio de 1.823 su cenizas serían trasladadas a Cádiz junto con las de Daoiz y Velarde para ser colocadas en la Catedral.

En la actualidad, las cenizas del Teniente Ruiz Mendoza se hayan repartidas por varios puntos de la geografía nacional española, encontrándose una parte de ellas en el Museo de la Legión de la Ciudad de Ceuta, su ciudad natal, y otra en el Museo Militar de la Coruña.
 

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