Jacinto Ruiz Mendoza nace en Ceuta el 16 de Agosto de 1.779.
Hijo de Antonio Ruiz, Subteniente de Infantería destinado en
la Plaza y de Josefa Mendoza, ambos naturales de Ceuta. Sus
hermanos fueron Ignacio, Salvadora y Antonio. Es bautizado
dos días más tarde por el párroco Don Bernabé Zilleruelo en
la Iglesia de los Remedios de Ceuta, encontrándose su
partida de bautismo en el Archivo de la misma.
El 17 de Agosto de 1.795, a la edad de 16 años, entra como
cadete en el Regimiento Fijo de Ceuta, donde ya había
servido como Capitán su abuelo paterno, don Antonio Nicolás
Ruiz y donde su padre desempeñó el empleo de Alférez. El 10
de Julio de 1.800, a los 21 años asciende a Segundo
Subteniente. A Subteniente el 21 de enero de 1.801, estando
destinado en el Regimiento de Voluntarios del Estado y a
Teniente el 12 de marzo de 1807, permaneciendo destinado en
el mismo Regimiento.
2 de mayo de 1808
El 2 de Mayo de 1.808 los franceses que ocupaban España,
querían trasladar a Bayona a los Infantes don Antonio y don
Francisco de Paula. Esto hizo que el pueblo de Madrid cayese
sobre los invasores dando muerte a algunos de ellos, pero
cuando estos se reagruparon, fue imposible hacerles frente.
Mientras ocurrían estos hechos, el Teniente Jacinto Ruiz
Mendoza se encontraba su casa enfermo en cama con fiebre. Al
escuchar los primeros disparos en la calle, decide partir
corriendo a la Calle Ancha de San Bernardo donde se
encontraba su Cuartel para ocupar su puesto de combate. El
Coronel de la Unidad, Marqués de Palacio, cediendo a las
instancias del Capitán de Artillería D. Pedro Velarde y a
las masas populares, decide enviar a la 3ª Compañía del
Segundo Batallón al mando de D. Rafael Goicoechea con
treinta y tres fusileros al Palacio de Monteleón para que
hicieran respetar el Cuartel y Parque de Artillería que
estaban allí situados.
Llegado al Cuartel de Artillería, en cuyas puertas se
agolpaba la muchedumbre, Daoiz que era el más caracterizado
desembaina la espada y manda abrir las puertas al pueblo.
Desoyendo las ordenes de su Capitán, el Teniente Ruiz
penetra en dicho Acuartelamiento dirigiéndose al Capitán
francés en estos términos: "El primer batallón de
voluntarios del Estado esta a la puerta y los demás vienen
marchando. Ya que por vuestra parte han empezado las
hostilidades es forzoso entregarse inmediatamente, de lo
contrario seréis pasado a cuchillo". El francés temeroso
permite el paso al batallón que en realidad era una escasa
Compañía, colocándola Ruiz frente a los franceses, mandando
preparar las armas, lo que hizo que los invasores arrojaran
las suyas.
En ese momento se presenta un destacamento francés que viene
a recuperar el Parque. Ante la negativa de los voluntarios
españoles, se produce una descarga francesa que es
contestada por los españoles, causando numerosas bajas entre
el enemigo y la huida de este. Unos momentos después
regresan con gastadores con hachas que empiezan a romper las
puertas, pero el fuego de los fusiles y el disparo de cañón
que realizan desde dentro Daoiz y Velarde consiguió
ocasionar numerosas bajas al enemigo obligándole a
retirarse.
El pueblo armado atacó a los franceses desde la retaguardia,
haciéndoles replegarse. Daoiz y Velarde aprovecharon para
sacar dos cañones y colocarlos a la derecha de la salida del
cuartel mirando hacia la calle Ancha de San Bernardo,
dejando otro en la puerta que da a la actual calle Dos de
Mayo. Otro permaneció en el patio y el último, servido por
las mujeres cuando murieron o fueron heridos los artilleros,
se situó en las calles que estaban en el extremo superior de
la de San José.
Solamente Ruiz queda dentro del patio dispuesto a continuar
la lucha hasta sus últimas consecuencias. En ese momento,
con escasez de municiones, rodeado de cadáveres y humo, un
segundo balazo penetra por la espalda y sale por el pecho,
dando con él en tierra y cayendo así el último defensor . En
ese momento acaba la lucha debido a que el Capitán
Goicoechea se rinde y el enemigo entra en el Parque de
Artillería.
El General francés Murat, enterado de las elevadas pérdidas
que había tenido la División Lefranc, ordena fusilar a los
defensores españoles y en especial al Teniente Ruiz Mendoza.
Este había sido conducido en hombros por sus soldados,
depositándolo en su cuartel y desde allí es trasladado a su
domicilio, sito en la Casa de Doña. Mª Paula de Variano
donde se oculta, siendo curado de sus heridas por el doctor
D. José Rives. La noticia que oyó a sus asistentes de que
había sido sentenciado a muerte le hizo arrojarse de la cama
lamentando no haber perecido son su compañeros Daoiz y
Velarde; teniendo los presentes que retenerle en el lecho.
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Descansa en la Ciudad de Ceuta
El Teniente Ruiz Mendoza fallece
el 13 de marzo de 1.809 cuando aún no había cumplido los 30
años. El 14 de marzo del año 1.809 se le dio sepultura en la
parroquia de San Martín de Trujillo. En junio de 1.823 su
cenizas serían trasladadas a Cádiz junto con las de Daoiz y
Velarde para ser colocadas en la Catedral.
En la actualidad, las cenizas del Teniente Ruiz Mendoza se
hayan repartidas por varios puntos de la geografía nacional
española, encontrándose una parte de ellas en el Museo de la
Legión de la Ciudad de Ceuta, su ciudad natal, y otra en el
Museo Militar de la Coruña.
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