“Proletarios del mundo: Uníos. Último Aviso”, disparaba una
pintada en la Universidad de Santiago de Chile hace ya 33
años. La irónica llamada sigue estando hoy vigente. Máxime
cuando poco más de 500 personas consideran que aún es
necesario manifestarse en una ciudad con más de ocho mil
parados. Quizá por ello, la marcha transcurrió plácida y sin
apenas consignas salvo un desconcertante “Vive le Zapatero”
que coreaban un grupo de argelinos. Trabajadores sin apenas
derechos que ayer ejercieron uno de los pocos que aún
conservan: la libertad de expresión. El consenso reinaba en
el contenido de las pancartas excepto una que pedía
soluciones con nombre propio: “Ceuta se hunde. Zapatero
responde”. Empleo estable, soluciones a la crisis, Estatuto
de Autonomía para Ceuta, convivencia frente a la
exclusión... El Primero de Mayo se convirtió ayer en una
concisa radiografía de los problemas y ansiedades de la
Ciudad Autónoma, que afectan a mucha más gente de la que
ayer recorrió las calles de Ceuta.
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