Sé, que la Semana Santa en Ceuta
es, como en toda España, para vivirla con los sentidos. Para
perfumarte el alma con los aromas del incienso, paladear los
vientos salinos y percibir el eco lejano de las hermosas
marchas procesionales. El tacto ardiente de la cera
derretida, la calidez del manto de los nazarenos y esa
belleza barroca, suntuosa, de cada paso que es un pasear
nuestro arte y nuestras devociones, por calles y plazas.
¿Ustedes son muy cofradieros? Servidora si, será que adoro
las raíces de mi cultura cristiana y occidental y me afano
por vivir cada primavera, vivir y latir, con cada paso,
aunque mis penitencias, humildes y gurruminas, van tras los
pasos de Nuestro Padre Jesús Cautivo, en la resplandeciente
Semana Santa malagueña. Mi familia y yo nos confundimos
entre los diez mil penitentes, cada cual rezando su promesa,
que siguen a ese Jesús en cautividad y yo me emociono hasta
las lágrimas cuando Nuestro Padre atraviesa el puente, desde
el barrio de la Trinidad, camino del recorrido, la túnica de
hilo blanco ondeando, mecida por las brisas del sur.
¿Qué dicen ustedes? ¿Qué si en memoria de mi abuelo, el
calorro tío José no canto y bailo detrás del Cristo de los
Gitanos? ¡Ojalá! ¡Ojalá tuviera energías para atravesar la
ciudad en por de mi Señor! Que esa procesión gloriosa de mis
primos, es mezclar arte y cultura con más arte y más
cultura, el cante con las maravillas de la imaginería, el
baile con la orfebrería, las palmas con los estandartes… Que
les digo a ustedes que me acuerdo y se me nublan las
lentillas y tengo que sonarme fuerte con un kleenex, porque
yo soy de esa leche: muy sentida.
Sentida y curiosa, porque anhelo vivir una Semana Santa
ceutí y me gusta ver en este periódico las noticias de
triduos y Via Crucis y el esfuerzo de los cofrades para que,
cada paso, aparezca resplandeciente en su íntima naturaleza
de bella esperanza en la Resurrección. Yo tengo como esposo
desde hace más de veinte años a un anciano pintor belga,
especializado en arte religioso y que posee hasta la
dispensa para pintar a Nuestro Padre San Josemaría Escrivá
para el culto. El ha creado mucho para templos e iglesias y
también ,los ángeles del cielo, le han ayudado cuando ha
pintado estandartes para donarlos, recuerdo uno espléndido
para una cofradía de Nerja y otro para la Hermandad de
pescadores de Marbella, una Virgen del Carmen, la Estrella
de los Mares, que parecía que se iba a salir del paño de
terciopelo para cantar con nosotros la Salve Marinera.
Salve, Estrella de los mares…
¿Qué ustedes les llaman Sin Pecados a los estandartes?
Bueno, eso según cada cual, en Andalucía los Sin Pecado son
los estandartes que recorren el Camino, allá por las
Marismas en pos de la Blanca Paloma. Pero estandartes o Sin
Pecados para este viejo pintor belga, que es un hombre de
Dios, sería un gran honor pintar y donar un Sin Pecado con
los rostros de los Santos Titulares, para cada cofradía de
Ceuta. ¿Qué para cuando? Para el año que viene ¿Qué bordar
los Sin Pecados cuesta una pasta? Pues no los borden, hagan
como en tantos lugares de las sobrias y bellísimas tierras
castellano-leonesas, el paño de terciopelo y sobriedad
estética frente al barroquismo andaluz y meridional. Es
decir, el paño, los ribetes en oro y el óleo con la Sagrada
Imagen de Nuestra Señora o de su Hijo sin más hilos dorados,
que los pescadores de Marbella y nuestros amigos de Nerja,
encargaron bordados a las monjitas y las santas mujeres les
cobraron un perraje, eso si, hicieron maravillas, auténticas
obras de arte, para mi que recibieron ayuda de los
querubines a cambio de darles una propinilla.
¿Qué como contactan los cofrades con el viejo pintor Erik el
Belga? Pues a través de este periódico y de servidora, para
mi y para mi familia es un honor contribuir con una pequeña
pincelada de arte y sentimiento a esta celebración nuestra,
que late en nuestro ADN, que la Semana Santa es algo
genético y nos corre por las venas. ¿Qué hay quienes no
comparten esta devoción religiosa y estética? Cochina
envidia. Y ya se sabe: “El envidioso es el ser más
asqueroso”. Por mi que les den, ellos se lo pierden.
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