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OPINIÓN - DOMINGO 26 DE MARZO DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

- Llegó la primavera y como decía aquel, la primavera la sangre altera. Lo que nos falta para el duro que se nos altere la sangre como si la cosa noestuviese, ultimamente, bastante alterada. Y es que, al personal, se le altera la sangre por un quítame allá esa paja. Lo de lapaja me ha quedado una jartá de bonito, seguimos.

Calma, hay que tener calma mucha calma y, antes de hacer nada, contar hasta diez que es la mejor manera de hacer la pausa necesaria para recobrar el sentido común y darle, a las cosas, su justo valor. De lo contrario podemos ver fantasmas donde no existe, absolutamente, nada y hacer un mundo de algo sin la menor importancia.

Así que mucho cuidadin, con las decisiones a tomar, contar hasta diez antes de hacer nada que ha llegado la primeravera y la sangre está alterada, según dicen que ocurre con la llegada de la mencionada estación.

Como decía el poeta: “quepor mayo, es por mayo // cuando hace la calor // cuando el trigo encaña y están los campos en flor. Lo siento pero es que, en primavera, le sale a uno alma de poeta.

Además, en nada está aquí el verano, Oiga, amigo guardia, digan lo que digan el verano es bonito, sobre todo para aquellos que se toman unas vacaciones para descansar de haber descansado. Se cogen las vacaciones, y durante ese espacio de tiempo se puede pensar, detenidamente, lo que vamos a hacer a la vuelta de las mismas. Algunos, la verdad sea dicha, siempre hacen lo mismo o sea nada, pero se lo tienen que pensar. ¡Anda que no es difícil meter una llavecita en una ranura y darle la vueltecita corresiondiente, para decir sí o no!.

Servidor, el menda lerenda y el tío de las almendras, a pesar de que ha llegado la primavera y tengo, como cada quisqui, la sangre alterada, he contado hasta diez antes de ir a ver al banco amigo a pedirle el préstamo para irme de vacaciones este verano que está a la vuelta de la esquina.

Imaginense que dejándome llevar por esa alteración de la sangre que nos da la primavera, me llego al banco todo alterado, digo alguna inconveníencia, en mi charla con el director, y me niega el préstamo. Ya me dirán, ustedes, cómo me voy a poder pegar quince dias tirado en la playa dejándome mecer por las olas, olvidándome del mundo mundial, de los jóvenes y de la jóvenas.

Aunque, la verdad sea dicha, me cuesta un trabajo enorme olvidarme de las jóvanas porque, hay cada jóvana que ni te cuento serrana del alma, están de toma pan y moja con la llegada de la primevera y, múcho más mejoradas, con la aparición del verano. ¡Que veranito nos espera a los del sindicato machotal!. Quedamos menos que en algunos programas de televisión, pero los pocos que quedamos lo vamos a pasar de aqui te quiero ver, con la contemplación de ese mujerio que no pue aguantá.

Oiga, amigo guardia, lo tengo que decir porque es una verdad como un templo, ¡peazo de mujerio guapo tenemos en nuestra tierra!.

He recorrido muchos lugares, más de los que algunos se imaginan, y tengo que decir y digo que el mejor mujerio que he visto es el mujerio de nuestra tierra. Peazo de mujeres más guapas son las ceutíes. Está visto y comprobado que ha llegado la primavera y tengo la sangre no alterada sino alteradísima. Por mi santa que voy a tener que contar hasta diez.

Qué a servidor se le altere la sangre carece de la más mínia importancia, porque contando hasta diez y si me apuran dándome una ducha fria, la cosa de la alteración se rebaja a límites insospechados.

Lo peor, del caso, es que se le altere la sangre a los políticos u lo que sean, que tampoco hay que exagerar, y saquen los píes del tiesto diciendo algunas que otras chorradas que carecen de sentido alguno. Oiga, no es por nada pero con esto, pasa como con las meiga, que haberlas haylas aunque algunos no lo crean.

Unas vez dichas semejantes chorradas, sin píes ni cabeza, recapacitan y se arrepienten de lo que han dicho, pero ya está dicho y lo dicho queda, a pesar de que las plabras se las lleva el viento.

Me sé de más de uno, de dos y de tres y no sale la cuenta porque falta un churumbel, que están muy arrepentidos de la patita que metieron en determinado momento. Y todo por no haber tenido la oportunidad de contar hasta diez. Con lo fácil que es, que hasta diez cuenta mi sobrino y sólo tiene par de añitos.

Si todos estos arrepentidos, porque están arrepentidos de verdad de la buena, de la patita metida hasta el corvejón, hubiesen contado hasta diez, en estos momentos, otro gallo les cantaría. Pero nada, ahí va eso pase lo que pase. Y por regla natural, pues, pasa lo que pasa.

Siento el olor de las flores. Eso de sentir el olor de las flores es un decir porque, las flores, ya ni huelen. Una pena,. pero es así. Si acaso se da, usted, un paseo por la marina y hay un lugar que tiene damas de noche que echan un olor maravilloso. ¡Que bien huelen las damas!

Lo que les cuento, con la llegada de la primavera, tengo que contar hasta diez.
 

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