La misión llevada a cabo por el contingente ‘Ciudad de
Ceuta’ en Bosnia i Herzegovina a finales de 2005 fue el tema
de la conferencia impartida ayer por el comandante Manuel
Alcalde. Ésta era la tercera vez que viajaba a este país
donde ya había ido como jefe de la Sección de Fusiles y
Compañía de Fusiles. En la operación ‘Altea’ Alcalde
participó como jefe de la unidad CIMIC (Cooperación
Cívico-Militar), una experiencia que le ha resultado “muy
gratificante porque te relacionas con la población civil,
identificas sus necesidades, repartes ayuda humanitaria y
conoces muchísima gente”. Reconoció la dureza e intensidad
del trabajo allí desarrollado aunque afirmó sin dudarlo que
volvería de nuevo: “para mí ha sido una experiencia única”.
Durante los cuatro meses que duró la misión en la base
Europa de Mostar, los más de doscientos miembros del
contingente colaboraron tanto con las autoridades civiles de
la zona como con las ONG’s. El presupuesto con que contaban
era de tan sólo 15.000 euros, proporcionados por el
Ministerio de Asuntos Exteriores, “una cantidad insuficiente
que nos hizo pedir ayuda al Gobierno Autónomo que colaboró
con otros 30.000 euros”, señaló el Comandante Alcalde.
Gracias a esas aportaciones, fue posible rehabilitar el
Centro de Discapacitados de Trebnije, construir un aula en
la Universidad Mostar Este, que lleva el nombre de ‘Ciudad
de Ceuta’, e, incluso, contribuir a la rehabilitación de la
plaza de España situada en pleno centro de la ciudad.
“Mi experiencia en Bosnia me ha aportado muchas cosas porque
estás en otro país y realizas acciones que te implican las
24 horas del día, es algo que marca y aunque la guerra ya
terminó creo que la presencia de fuerzas internacionales
deberá continuar aún otra década para garantizar el
desarrollo futuro del país por la vía de la democracia. No
hay que olvidar que fue una guerra fraticida”, señaló.
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