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Entrar en la modernidad es algo
que, poco a poco, año a año, Ceuta está consiguiendo a base
de dotar de equipamientos a la ciudad, de un orden
urbanístico renovado, mejorado, atractivo.
En tanto esto ocurre, los empresarios del sector comercio se
han embarcado en la idea de crear un centro comercial como
concepto tradicional, pero aplicado al exterior con una
serie de condicionantes que resulten atractivos para el
consumidor.
Es la unión del sector empresarial, de la mano de la Ciudad
Autónoma que se ha implicado activamente a través de la
Sociedad de Fomento, Procesa, de cara a propiciar
iniciativas cargadas de imaginación para hacer frente a la
galopante crisis por la que atraviesa el sector minorista de
la ciudad.
Durante los próximos tres años, la Ciudad Autónoma va a
llevar buena parte del peso económico para la implantación
definitiva del llamado centro Comercial Abierto. Los
empresarios deberán aportar cantidades igualmente
importantes -aunque menores-, pero deben mostrar la
implicación en la idea y en el concepto como tal.
Ventajas, ofertas, parkings gratuítos, descuentos
especiales, horarios adecuados, actividades generadoras de
atracción de público... una infinidad de iniciativas que
deben ser ahora estudiadas por quienes tienen la
responsabilidad eventual de hacer que la nueva maquinaria
comience a andar.
Los empresarios siguen creyendo en Ceuta y en sus
posibilidades. La Cámara de Comercio, la Confederación de
Empresarios, la propia Ciudad Autónoma -encabezada por la
figura del presidente- y su órganismo dependiente, Procesa,
muestran su plena disposición de cara a buscar un método
apto y adecuado para dar respuesta imaginativa a la crisis.
Quizá sea uno de los últimos trenes, pero despacio, con un
buen análisis y sin que medie extraños o velados intereses,
puede ser una muy aceptable solución.
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OPINIÓN / EDITORIAL
