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El agua es un bien de la
humanidad. Fuente y mantenimiento de vida, el agua celebra
hoy su día mundial. Organizaciones, instituciones públicas y
provadas de distintos países del planeta realizan un
llamamiento a la concienciación de la población respecto de
un mayor y mejor aprovechamiento del líquido elemento en
unos tiempos en los que, probablemente por causa del cambio
climático, la desertización del planeta va ganando pasos
agigantados.
Contemplar desde un punto de vista global y planetario este
fenómeno vinculado al calentamiento de la Tierra y sus
consecuencias desde el aspecto puramente climatológico, debe
llevar al ser humano como habitante del globo a la reflexión
más profunda de lo esencial que es para la Tierra el agua.
Dicho esto y, a sabiendas de que en zonas de nuestro propio
continente, Africa, la sequía va a ser causa de una altísima
mortalidad al no prosperar los mínimos recursos agrícolas,
en nuestro país no llegaremos a esos niveles tan dramáticos,
pero los índices hídricos determinan unos preocupantes
síntomas que han obligado a las instituciones públicas tanto
estatales como regionales y locales a tomar medidas
urgentes, pero de futuro, y preparar a las ciudades,
provincias, regiones y al propio país procurando que los
recursos mantengan los niveles adecuados a una población que
necesita del agua para el desarrollo, no sólo vital que es
obvio, sino económico. Un país de cosechas, de turismo, no
puede estar sin agua. Por tanto, el líquido elemento se
muestra de este modo como fuente de riqueza.
En Ceuta, nos podemos dar, permítannos la expresión, con un
canto en los dientes. La lluvias de este otoño e invierno
han propiciado unos niveles hídricos adecuados que
garantizan el suministro para todo el verano. Pero no por
ello debe ser desaprovechada. Con una mentalidad
constructiva, los ceutíes debemos velar por conservar este
bien escaso abriendo el grifo lo necesario y utilizando el
agua de un modo racional.
Hoy es el Día Mundial del agua, que sirva para algo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
