La valla que da acceso al paso comercial del Biutz y que
sirve para establecer las colas de entrada ha sido elevada
recientemente para evitar saltos y el lanzamiento de
‘bultos’ por encima y, de esta manera, facilitar algo el
tráfico de personas que, cada mañana, cruza cargada hacia
Marruecos. La verja de metal se ha elevado una altura
similar a la existente, por lo que en total, se eleva cerca
de tres metros por encima del suelo.
Los comerciantes, que contemplan la medida con satisfacción
aunque con cierto escepticismo respecto a su eficacia real,
esperan que en breve llegue también el techado de este
pequeño pasillo para romper definitivamente con el
lanzamiento de paquetes por encima de la verja, los saltos
de algunos porteadores así como evitar la lluvia o las altas
temperatura estivales.
La jornada vivida ayer en el polígono fue relativamente
tranquila, ya que el paso de personas fue fluido, sobre
todo, el tráfico de bultos: paquetes de gran tamaño que los
porteadores arrastran o llevan cargados sobre los hombros.
También había muchos porteadores con pequeñas bolsas; en
general, no se registró ningún incidente de relevancia. La
Policía Nacional, junto a algunos agentes locales,
controlaban el tráfico de personas y de vehículos en las
inmediaciones de la entrada al Biutz.
Francisco Alcaide, comerciante del polígono, señalaba
también esa calma relativa en la mañana de ayer, tan
diferente a la experimentada hace unas semanas, cuando dos
ciudadanos marroquíes y cinco efectivos de la Policía
Nacional resultaron heridos tras una avalancha en dos
direcciones: parte procedía de Marruecos (porque sus
autoridades cerraron su parte del paso si aviso para las
españolas) y parte del Tarajal. El Sindicato Unificado de
Policía, indicaba recientemente a través de su delegado
Andrés Carrera, la necesidad de aumentar los agentes en la
zona o, definitivamente, cerrar el paso del Biutz. El SUP
ponía también de manifiesto la precariedad de los uniformes
y, sobre todo, la sensación de impotencia frente a las
avalanchas.
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Comienza la construcción de la ‘sirga tridimensional’ de
Melilla
La sirga tridimensional que
recorrerá el perímetro fronterizo de la Ciudad Autónoma de
Melilla comenzó a levantarse ayer, día en el que el delegado
del Gobierno melillense, José Fernández Chacón, ha visitado
la zona para supervisar la colocación del entramado de
cables (1.200 kilómetros) que dificultará el paso de los
inmigrantes y que permitirá reducir el número de guardias
civiles que vigila la zona. La primera de las vallas, que ha
sido elevada otro metro más, se inclina hacia Marruecos en
el momento en que alguien trata de saltarla. Luego viene un
pequeño laberinto de cables que se tensan cuando la persona
los presiona y que activan un sistema de agua con pimienta,
directo al inmigrante.
Recientemente, el delegado del Gobierno en Ceuta, Jerónimo
Nieto, explicaba que no hay fecha concreta para levantar la
sirga tridimensional en la ciudad pero que, como indica el
plan de construcción del Gobierno, comenzaría después de las
obras en Melilla, al estar establecidas en dos fases.
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