Calma chicha antes de la tormenta. Todos sabían que 2006 iba
a ser un año de aguas bravas. Y así ha sido. Este año expira
el contrato para la gestión de la línea de interés público,
en manos de Trasmediterránea -que en este tiempo ha cambiado
de manos y hoy es propiedad de Acciona- y las tres navieras
con intereses en la ruta Algeciras-Ceuta preparaban su
oferta a la espera del nuevo pliego de condiciones.
Apenas veinticuatro horas antes de que el Consejo de
Ministros aprobara los requisitos para acceder ala
concesión, lo que era algo más que un rumor (hacía meses que
se comentaba por los pasillos de las navieras) saltaba a la
prensa económica: Acciona presentaba ante el Servicio de
Defensa de la Competencia (SDC) una oferta vinculante (con
acuerdo de ambas partes) para hacerse con el cien por cien
de las acciones de Europa Ferrys, sociedad con capital de
ambas orillas del Estrecho propietaria de la naviera
Euroferrys.
De repente, el Estrecho era cosa de dos. O dos y medio pues
Euroferrys no es absorbida por Acciona sino que, como
explicó a este periódico su director general, Manuel
Jiménez, la sociedad se mantiene -infraestructura, precios,
ofertas y plantilla- y “sólo cambian los accionistas”.
Las primeras sospechas de vulneración de la libre
competencia empezaron a despertarse. La asociación de
usuarios de transporte, Acutrans, ya han anunciado que están
estudiando personarse como parte afectada ante el SDC en la
operación de compra de Euroferrys; por su parte Buquebús ha
declinado comentar la operación que quedará aplazada hasta
el jueves a mediodía, fecha en la que han convocado una
rueda de prensa. .
El viernes 17 de marzo por fin se conocía el contenido del
nuevo pliego de condiciones: la subvención roza los 48
millones, un 20% más que en el anterior concurso; la
frecuencia mínima pasa de dos a tres viajes, ha de
redoblarse la seguridad y eliminar las barreras
arquitectónicas; y, lo más importante, se cumple una de las
principales exigencias de Ceuta: al menos un ferry ha de
pernoctar en puerto ceutí para mejorar e servicio y poder
atender cualquier emergencia en la Ciudad Autónoma.
Y llegó Baleària
Ese mismo día comenzaba a circular con fuerza entre las
navieras un nuevo rumor: Baleària, la naviera mallorquina
bajo bandera del Grupo Matutes (55%) y el empresario Alfonso
Ùtor (45 %) desembarcaba en las líneas de Ceuta y Melilla
como antes lo hiciera en la ruta Algeciras-Tánger. Así es.
Baleària anunció el pasado lunes que comenzará a operar y
apuesta fuerte: la naviera balear hará la línea
Ceuta-Algeciras-Ceuta, o lo que es lo mismo, su ferry
dormirá en puerto ceutí, uno de lo requisitos más
importantes para acceder a la línea de interés general.
El mercado es sabio
En una semana todo ha cambiado en la línea del Estrecho. Y
dicen que a río revuelto ganancia de pescadores. “El mercado
es sabio”, dice Salvador de la Encina, portavoz socialista
en la Comisión de Infraestructuras del Congreso, “cuando se
empezaba a hablar de monopolio llega Baleària para romperlo.
Se abre un tiempo interesante en el que los ciudadanos
tienen mucho que ganar”, dice el diputado socialista
confiando en que la libre competencia flexibilice los
precios.
En la misma línea opina Luis Moreno Naranjo, actual
presidente de la Cámara de Comercio y Navegación de la
Ciudad Autónoma: “Aún es pronto, pasarán unos meses hasta
que se materialice la operación de Euroferrys, pero la
competencia parece ahora garantizada”, afirma en referencia
a la nueva inquilina del puerto de Ceuta y que cruzará el
Estrecho -la línea más cara del mundo- a partir del mes de
mayo.
Desde el Puerto de Ceuta, José Torrado cree que la nueva
situación aumentará la actividad de pasajeros y pone a
disposición de “cualquier nueva incorporación” las
instalaciones portuarias de la Ciudad Autónoma.
Y desde el Gobierno de la Ciudad Autónoma se ha declinado
hacer valoración sobre la nueva situación en la línea de
interés público ni del nuevo pliego de condiciones para
acceder al concurso. Previsiblemente, el Consejo de
Ministros abordará la cuestión en su reunión del viernes.
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