ACTUALIDAD - MARTES 21 DE MARZO DE 2006

Acemigra ha querido dar relevancia a la celebración del Día de la Eliminación de la Discriminación Racial. Para el colectivo, Ceuta es un ejemplo de convivencia cultural, ya que “viene experimentando desde varias generaciones una realidad multicultural” en sus calles. Esa realidad debe propiciar el impulso a las políticas interculturales (“competencias y habilidades”) en la ciudad, entre otras cosas porque, como integrantes de la misma “nos hace conscientes de la extrema importancia de desarrollarlas para que nos permitan, por un lado, evitar conflictos siendo capaces de analizar y respetar las culturas diferentes, y por otro, relacionarnos de manera positiva afrontando esa multiculturalidad desde el convencimiento de que la diversidad es un valor a preservar”. La Ciudad Autónoma recibirá una nueva partida presupuestaria desde el Estado para poner en marcha nuevas actuaciones integradoras con el colectivo de inmigrantes en Ceuta.

Acemigra recuerda que “nadie tiene el derecho a discriminar a nadie por el color de su piel, por su lengua o por su acento, por su lugar de nacimiento, por sus hábitos de vida, por sus orígenes y tradiciones o por su pobreza”. Aunque el ciudadano es responsable de esta lucha “en el día a día”, los gobiernos y administraciones “juegan un papel fundamental en el compromiso que deben adoptar para incorporar a las políticas planes de acciones nacionales contra el racismo, la xenofobia y toda forma de intolerancia”.

IU se pronuncia

Por otro lado, Milagros Hernández, responsable de la Secretaría de Movimientos Sociales de IU-CM, indicó ayer la necesidad de reflexionar sobre “las situaciones verdaderamente contradictorias que hemos vivido en este último año”, como la normalización de inmigrantes en Situación Administrativa Irregular, las pateras que “dejan cientos de muertos en el mar” y “una valla en Ceuta y Melilla que sigue agrediendo el respeto a los Derechos Humanos”.
 

Historia de un día nacido del rechazo al ‘apartheid’

Un trágico suceso ocurrido el 21 de marzo de 1960 en Suráfrica fue el origen de la celebración del Día de la Eliminación de la Discriminación Racial. La policía abrió fuego contra una manifestación pacífica que protestaba contra el ‘apartheid’, un reglamento que, desde 1944 y hasta 1990, separaba a las personas según el color de la piel: negros, blancos, mestizos o asiáticos. Si en un principio se pretendía impulsar el multiculturalismo, el ‘apartheid’ institucionalizó la segregación racial, la dominación blanca y la creación de ‘territorios reservados’, que relegaron a la población negra a espacios marginales y se le privó de la ciudadanía surafricana. Dos años después, la ONU la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), donde se declara que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” y que “toda persona tiene todos estos derechos y libertades, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. En 1965 la ONU también aprobó la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.