“Mi nombre es Miguel Ángel López Romero, Milan para los
amigos... puedes llamarme Milan, por supuesto. Ya sé que hay
algo de vanidad y ausencia de pudor en hacer una página web...
somos humanos, y algunos, venidos a menos”.
Esta es la carta de presentación de un ceutí, para dar más
señas, de Villajovita, que emigró de su tierra allá por el
año 1969 para desembarcar en la Península, más concretamente
en la vieja Villa de la Real Isla de León, o lo que en la
actualidad todos conocemos por San Fernado.
Y es que el tiempo no hace el olvido y la memoria nunca debe
arder, y de repente Milan, “un día, después de vivir 35 años
fuera de Ceuta, me pudo la nostalgia y revisé las viejas
fotos de un cajón, fotos de aquella Ceuta que nos vio nacer
y crecer... y que, queramos o no, forma parte de lo que cada
uno es”.
La iniciativa de este ‘caballa’ le llevó a la creación de
una página en la red, un cajón de sastre donde remendar
recuerdos y nació la web de Milan.
Su iniciativa fue algo totalmente personal pero rapidamente
se dio cuenta de que no estaba sólo, ceutíes de Villajovita
procedentes de todos los puntos de España descubrieron
pronto este rincón, tan insignifcante para la inmensidad de
internet, pero tan importante para todos aquellos niños que
habitaron la barriada de Villajovita durante los años 60 y
que emigraron de su querida Ceuta por diversos motivos.
Nos cuenta Milan que “de repente empece a recibir llamadas
de amigos y conocidos con los que no hablaba hace más de 30
años, agradeciéndome lo que estaba haciendo para recuperar
nuestra memoria. A partir de este momento empezaron los
reencuentros entre los niños de Villajovita, niños que no se
veían hace muchas décadas. La respuesta de todos fue
impresionate”.
En ese momento nace www.villajovita.com, la página de
Aquilino Melgar, donde se pueden encontrar enlaces a la
página de Milan a Milan Recuerdos, a foros de la barriada y
todo tipo de anécdotas para los que vivieron en Villajovita
durante aquella época.
Un mar de recuerdos
Realmente el trabajo que se realiza, tanto en esta web, como
Milan en la suya, es como mínimo entrañable y digno de
admiración. También provoca una sensación de que si se
quiere se pueden hacer cosas que sin tener el más mínimo
valor material, llegan a ser auténticos tesoros.
Si realizamos un recorrido por el anecdotario de los niños
de Villajovita encontramos apartados como: animalitos,
amores, bailes y guateques, cajón de sastre, citas y
reencuentros, el casino, extramuros, juegos, la escuela, la
huerta de José... y un sinfín de recuerdos que salen de las
memorias de ceutíes que no se olvidan de lo que eran, lo que
son y lo que serán: ‘caballas’.
Y una de las más entrañables viene de la mano de Milan
cuando recuerda aquellos guateques que se organizaban hace
unas cuantas décadas atrás: “los domingos se hacían los
típicos guateques de los 60. ¡Es lo que había y lo que podía
haber! Apenas venían forasteras. El padre Béjar vigilaba las
distancias. En las paredes colocábamos carteles que decían:
“AQUÍ SE VIENE A BAILAR, NO A PECAR”.
Cuando el padre Béjar no estaba, ponía vigilantes de su
confianza que era gente de nuestra edad... recuerdo que José
Mª García, cuñado de Pepe Lorente, y Guillermín se prestaban
a esta labor represora, y cuando alguien conseguía arrimarse
un pelín más de la cuenta llamaban la atención del
privilegiado señalando discretamente el cartel...
Mi prima segunda Nieves Valverde me enseñó a bailar en el
salón parroquial. Y eso no se olvida por muchos años que
pasen. Y Estrella Revert me gustaba mucho y solía bailar con
ella... y por lo visto me dijo una vez, señalando al
cartelito: “¿Ves? Aquí se viene a bailar”... sería que
estaba arrimándome más de la cuenta”.
Tampoco se olvidan estos niños lo diferente que era ir a
comprar en aquellos tiempos, aún recuerdan las tiendas a las
que acudían para hacer los ‘recados’ que sus madres se
atrevían a mandarles. Amador Guzmán lo recuerda como si
fuera ayer: “no recuerdo nombres pero si dos detalles, que
el aceite estaba racionado ,año1956, como el café y la
azúcar, y que había un dispositivo muy mágico en el que se
mostraba en una gran jeringuilla el aceite a despachar y
dando vueltas a una manivela, salía el chorro a la botella
que llevabas; esto era en una tiendecita, la primera casa
subiendo la cuesta principal, frente a la casa de Mª Nieves
Cruzado. La otra tienda con dispositivo \"raro\" era una que
estaba frente a la casa de \"Gregorín\", tenía una gran
rueda, como el timón de un barco y el artilugio principal,
donde supuestamente tenía que ir la brújula, iba en realidad
la moledora del café. Si, era un molinillo de café, modelo
para tiendas por que el de casa, era uno de madera, que se
colocaba entre los muslos.
Después conocí otras tiendas, como la de Morant o la de
Fernando o la droguería que había donde desembocaba las
escalerillas-pasaje de la otra parada de autobús. Y la
mercería o el mercadillo... ¿Y los gritos de los vendedores
ambulantes? \"Llevo la pescaillaaa..., hay jureleee...\" Y
en la carretilla o en la cesta bajo el brazo, llevaban la
mercancía que pregonaban”.
Mil y una anécdotas que podrían llenar cientos de páginas.
¿Y porqué no? se preguntarían este grupo de vecinos que
estaban ansiosos por recuperar lo que creían perdido.
Crónicas de Villajovita
Milan, señor dado a lidiar con las páginas en blanco por su
afición a la literatura pensó en crear un libro donde
recoger todo lo vivido.
Cuando desembarcó este proyecto el puerto quedaba muy lejos,
pero a día de hoy las ‘Crónicas de Villajovita’, son toda
una realidad.
Según Milan es “es el libro que habla de los niños que
vivían en los años 60 del siglo XX, en un pequeño barrio de
Ceuta: Villajovita. Es una reflexión sobre la vida que
tuvimos hace 40 años, un repaso a la forma de vivir que se
nos extinguió delante de nuestros ojos”.
Presentación
Y esta realidad tiene fecha de presentación, será el próximo
15 de abril en la ‘Perla del Mediterráneo’, más
concretamente en el Salón de Actos de la Asamblea. Los niños
de Villajovita contarán con la presencia de Juan Vivas,
presidente de la Ciudad. De momento se espera la presencia
de 150 ceutíes de todos los puntos de España, casi seguro
serán más. No sólo se presentará el libro, sino que también
se llevará a cabo el estreno mundial del audiovisual de
Aquilino, y se homenajeará a los mayores de la Ciudad de
Ceuta. Para ir abriendo apetito les dejo con la
contraportada del libro, les aseguro que no tiene
desperdicio:
“Si la escuela de los maestros trataba por todos los medios
de igualarnos en conocimientos y comportamientos, la otra
escuela, la de la calle, nos enseñó que no es bueno estar
solos. Nos enseñó precisamente a ser distintos y a forjar
nuestra propia leyenda.(...) En la calle aprendimos que
somos más cercanos a lobos que a borregos.(...) Tal vez ese
fuera el meollo de la cuestión, la cuestión central, lo que
había que aprender en ese momento –más adelante la vida nos
enseñaría el valor de la individualidad–. Y eso fue posible
porque la calle existía en los años 60 del siglo XX en otro
concepto. Luego, cuando se transformó en simple vía pública
y hubo que inventar la seguridad vial, murió su magia y la
posibilidad de desarrollar en ella una relación humana
espontánea, libre y sin ningún tipo de tutelas”.
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