Las compañías navieras Buquebus, AccionaTrasmediterránea y
Balearia, son las que, en principio, se han mostrado más
interesadas por acceder a la concesión de la línea de
interés público que conecta las ciudades autónomas de Ceuta
y Melilla con la Peníunsula Ibérica, a falta de alguna
sorpresa de última hora, ya que se trata de un concurso
abierto. “Al estar liberalizado el cabotaje, cualquier
empresa europea podría acceder a este servicio”, explicó el
diputado del PSOE por Cádiz y portavoz de Infraestructuras
del partido en el Congreso, Salvador de la Encina, quien ha
calificado como “muy importante” la reciente aprobación, por
parte del Consejo de Ministros, de la licitación de las
líneas marítimas con un nuevo pliego de condiciones y una
mayor dotación (47,9 millones de euros) que supone un
incremento del 21% respecto al anterior contrato.
Al tratarse de un presupuesto conjunto para todo el paquete,
la empresa que venza el concurso público deberá garantizar
tres servicios diarios para la línea Ceuta-Algeciras y al
menos uno diario para la conexión con Melilla. El pliego
prevé además sanciones para la empresa adjudicataria que no
cumpla con los horarios. De las tres empresas interesadas,
tan solo Trasmediterránea ofrece en la actualidad conexiones
entre la península y Melilla.
Para De la Encina, “la carretera de Ceuta es el mar y es
fundamental que se garanticen unas conexiones constantes y
fluidas”. El diputado socialista calificó de “excelentes”
las condiciones mínimas, que son las que el pliego exige,
como el caso de la obligación de pernoctar en Ceuta uno de
los buques, “que supone seguridad para la ciudad al poder
contar con un barco en caso de situaciones de emergencia y
un valor añadido para la economía ya que su tripulación
deberá pernoctar y consumir en la Ciudad Autónoma”.
De la Encina valoró la mejora exigida en la edad de los
barcos, que pasa de 25 a 15 años como máximo. Esta medida es
una de las que, quizás, podría haer sido completada ya que
la juventud del barco no implica necesariamente el mejor
equipamiento tecnológico y tampoco exige que sean de alta
velocidad, una demanda que la Ciudad Autónoma de Melilla
considera muy importante debido a la larga duración de sus
travesías.
Sí se han incluido en cambio cuestiones como la seguridad,
con la incorporación de un servicio específico y una cámara
de videovigilancia. “Tras lo sucedido con Al Qaeda y otras
bandas terroristas, los barcos incorporarán nuevas medidas
de seguridad siguiedo el ejemplo de los aviones”, dijo De la
Encina. Los barcos deberán integrar también servicios
médicos y disponer de rampas y elementos que faciliten la
accesibilidad y el desplazamiento por el interior del buque
a las personas conmovilidad reducida.
“Es importante señalar que estas son unas condiciones
mínimas y que la empresa que finalmente se haga con la
adjudicación deberá mejorar de alguna forma este pliego”,
concluye Salvador de la Encina.
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“Es impensable controlar las tarifas en un mercado que está
liberalizado”
Entre las principales pegas al
pliego de condiciones de la línea del Estrecho está la
ausencia de control en las tarifas, que seguirán siendo
impuestas por las compañías garantizando la libre
competencia. “Al estar liberalizado el mercado no es posible
interferir en las tarifas, que deberán regirse por las
normas del mercado. Los poderes públicos ya no pueden
intervenir ni marcar precios mínimos o máximos ni en la
gasolina, ni en la electricidad, ni tampoco en este caso”,
explica Salvador de la Encina, que apuntó que el tema de los
precios está supeditado “al mayor controlador que hay, que
es el cliente que paga”.
Otra de las cuestiones que se le achacan a este pliego es la
de no poner distintas condiciones para uno y otro trayecto,
que son muy diferentes, empezando por la distancia. De esta
forma, lo que puede ser rentable para una línea podría
resultar ruinoso en la otra.
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