En el juicio seguido contra P.D.G. militar profesional por
un delito de amenazas y una falta de vejaciones, podría ser
condenado a dos años de prisión y veinte días de multa.
La vista se celebró en audiencia pública ante el número dos
de los Juzgados de lo Penal de la ciudad, el pasado jueves.
Se juzga al acusado por unos hechos que sucedieron en mil
novecientos noventa y ocho. La primera contradicción en la
que incurrieron acusación y defensa fue en la localización
temporal del día de autos. La acusación defiende que los
hechos denunciados tuvieron lugar el día quince de mayo de
mil novecientos noventa y ocho sobre las 18:30 horas,
mientras que la defensa, que niega esta versión, declara que
sucedieron a las 15:30 horas del veintisiete de marzo del
mismo año.
El acusado declaró que circulaba con su vehículo, marca y
modelo Ford Fiesta, con matrícula de Valladolid, por la
calle Mendoza y que en el cruce con González Besada, quien
hoy le acusa circulaba en sentido contrario por esta ultima
calle con un ciclomotor ‘haciendo caballitos’. Que,
consecuencia de ello, tuvo que girar bruscamente para evitar
la colisión e hizo sonar el cláxon repetidas veces.
Seguidamente, emprendió la marcha siendo perseguido por
quien conducía el ciclomotor, en el próximo cruce se
detuvieron ambos vehículos y cruzandose varias palabras,
iniciaron una pequeña discusión que no llegó a más.
El acusado alegó que nunca antes había visto al motorista y
que no lo volvió a ver jamás.
Al procesado, le acompañaba un compañero de trabajo que
acudió al juicio en calidad de testigo, sin embargo, las
declaraciones de ámbos no resultaron concordantes a oídos de
la acusación.
El motorista, por su parte, niega que circulase en dirección
prohibida, niega que circulase haciendo maniobras peligrosas
y negó que circulase a gran velocidad como alegó el testigo
de la defensa.
La alegación del acusador se basó en que él salía de un
estacionamiento en el mencionado cruce, que el acusado y el
testigo le perseguían en el vehículo que ellos conducían
haciéndole señales acústicas y gesticulando con los brazos
para provocar su detención. Que la víctima se detuvo en el
cruce con la calle Alcalde Clemente Calvo Pecino, a la
altura del Colegio Público Andrés Manjón y que el acusado y
su acompañante se detuvieron a su lado.
Destacó que tras dirigirle improperios racistas y
vejatorios, él respondió que ‘se había quedado con la
matrícula y que iba a denunciarles’ a lo que el conductor
respondió que él ‘se había quedado con su cara’ y en ese
momento desenfundó un arma de fuego colocándosela a la
víctima a la altura de la cabeza.
El motorista temió por su vida viendo agudizada la amenaza
por deducir del acusado y su acompañante estado de
embriaguez.
Prosiguió la declaración diciendo que momentos después
acudió a las dependencias policiales al fin de presentar la
denuncia correspondiente y que tras esperar varias horas, se
le tomó declaración sobre las 22:30 horas del día quince de
mayo de mil novecientos noventa y ocho.
Asímismo, declaró que pasado un año tras lo sucedido, se
encontró con el acusado y que, dirigiéndose a él, le
advirtió sobre la presentación de la denuncia. Esto último,
fue confirmado por el acusado quien, en un primer momento,
negaba que lo hubiese visto con posterioridad al día de
autos.
De ser estimada la demanda interpuesta por M.A.K. por delito
de amenazas y falta de vejaciones, el imputado podría ser
condenado a dos años de pena privativa de libertad y veinte
días de multa, además de indemnizar por daños morales.
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Consiguió convertir una falta en delito
Una de las estategias empleadas
por la acusación para la defensa de sus intereses fue la
declaración, ante el órgano que ayer enjuiciaba la causa, en
la que expresaron la larga lucha que ante los Juzgados de
Instrucción venían manteniendo para que la Justicia
apreciase los hechos como constitutivos de un delito de
amenazas y no como una falta.
Este matíz hace que la posible condena a aplicar pase de una
simple multa a una pena privativa de libertad que, en este
caso, de ser apreciada por el Juzgado podría alcanzar los
dos años de prisión más las accesorias legales de
inhabilitación especial.
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