A las once y media de la noche del
lunes, me llama una buena amiga para decirme que han cesado
a Ramón María Calderé.
La noticia, por supuesto, no me coge de sorpresa, ya que era
cosa esperada después de los últimos acontecimientos en la
tarde del domingo surgidos, en el Murube, donde no sólo se
abroncó al entrenador ceutí.
Las cosas claras para que nadie se quede fuera del lugar que
le corresponde en este desaguisado a que se ha llevado al
equipo. Porque lo que está claro es que entre todos la
mataron y ella sola se murió.
Cada quisqui interviniente, en este desastre, que pague las
culpas que le correspondan no sólo el entrenador ceutí que,
simplemente, es una de las partes del desaguisado pensado y
llevado a cabo al principio de temporada. Que cada palo
aguante su vela.
Se ha tomado el camino más fácil, destituir al entrenador
que es lo que hacen todos los equipos cuando las cosas van
mal. Un entrenador al que criticamos por meterse donde nadie
lo llamaba cuando lo suyo como le hemos dicho, en varias
ocasiones, desde esta misma página, era simple y llanamente
entrenar y tratar de sacar al equipo de la difícil situación
en que se encontraba y que, en estos momentos, ha empeorado
estando en plaza de descenso.
Lo tengo claro, no todas las culpas la tiene el hasta ahora
entrenador ceutí, que se ha tenido que adaptar a las
circunstancias y a lo que tenía en la plantilla. Una
plantilla que no se reforzó lo suficiente en el mes de
diciembre, porque nadie ponía un duro de su bolsillo para
realizar fichajes.
Una plantilla donde los encargados de llevarla a cabo,
ficharon a jugadores para después cederlos o darle la baja
porque no interesaban al club. ¿Y sino interesaban cómo se
ficharon?.
Para confeccionar una plantilla hay que estar al día de como
está el mercado y tener conocimientos de los jugadores que
están destacando incluso en inferior categoría y cuáles de
ellos puedan interesar al club, teniendo en cuenta las
necesidades de la plantilla si se va a hacer para ascender o
simplemente para mantenerse.
Pero, claro, para esto hay que saber y ese saber no se
aprende en un par de días, hay que haber visto mucho fútbol
y sobre todo estar metido de lleno en ese mundillo que
impidan caer en las redes de algunos representantes que nos
ofrecen lo mejor de lo mejor cuando, igual, el futbolista
ofrecido lo más redondo que a visto es una pastilla de
chocolate. Boulu, por un suponer
La novatada, el desconocimiento y la inexperiencia se pagan,
en el deporte rey, muy caro. No por ser un gran futbolista
se entiende de todo esto de los fichajes. Don Alfredo, el
mejor jugador de todos los tiempos, fracasó como entrenador.
Toda esta historia tiene, como todas las historias, un
principio y un final. El principio se lo cuento ahora, el
final si un milagro no lo remedia puede ser de desastre.
La historia se inicia por quitarle el equipo, a José Antonio
Muñoz, por alguien interesado en dejar fuera de juego al
hombre que había devuelto al equipo de su tierra a categoría
nacional, poniendo dinero de su bolsillo u obteniendo
grandes éxitos al frente del equipo que no pudo conseguir la
meta final por causas ajenas a su voluntad. Caso del ·”robo”
que nos hicieron evitando el ascenso del Ceuta.
El personaje impulsor de la trama para que, José Antonio
Muñoz, dejara de estar al frente del Ceuta, se dejó llevar
más por su rencor hacia él, que por el bien de la ciudad.
Se quiso camuflar, de alguna manera, la decisión de este
personaje alegando que la etapa de, José Antonio, debía de
concluir y buscar nuevas personas para ponerlas al frente
del club.
Oiga, amigo guardia, lo más lógico es haberle entregado el
club a alguien con conocimientos del fútbol, que como las
meigas haberlos haylos, y no a un señor que, según sus
propias manifestaciones, ni le gusta ni sabe nada de nada de
fútbol.
Pero era tanto el rencor de este personaje que sólo tenía
como meta quitar a José Antonio de estar al frente del
Ceuta, sin importarle, ni poco ni mucho, lo que le pudiese
pasar al equipo, aunque éste se perjudicase y a la vez,
perjudicase a toda la afición ceutí. ¡Y cuanto te quiero
Ceuta mía!
Y así nos crece el pelo, gracia a la labor, en pro de Ceuta,
de esta clase de personajes, que tanto dicen querer a
nuestra tierra. Estamos en zona de descenso y si eso llega a
ocurrir, Dios no lo quiera, me da la extraña sensación que
alguien va a tener que rendir explicaciones no sólo a la
afición, sino a todo el pueblo de Ceuta, para callar esos
rumores de que se quiere llevar el equipo a tercera para que
juegue en el Martínez Pirri y construir en el Alfonso Murube
Servidor, ni entra ni sale en el asunto, pero ese rumor
está, cada vez, más extendido. Y pienso que quien empezó la
historia debe salir, dar la cara y negar este asunto. No
vaya a ser que, al final, tenga que dar la cara el que
siempre la da.
Eso sí, este año , van al fútbol quienes no han ido en su
vida .¿Remordimientos?
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