El presidente de la CHG expresó la tranquilidad del
Ministerio ante la situación normalizada de la reserva de
agua en la ciudad. Pero mostró su preocupación ante la
dependencia local de los fenómenos climatológicos. A pesar
del “respiro” que vive Ceuta en estos momentos, Tapia
Granado no pudo obviar “la dependencia estricta y cerrada”
respecto al tiempo, lo que hace que Ceuta esté subordinada a
la llegada de agua desde la Península. “Hay que dejar de
mirar al cielo”, subrayó el presidente de la Conferencia, y
superar el ciclo ‘hidroilógico’. Tapia Granados puso sobre
la mesa otros aspectos relevantes del programa: el respeto
al entorno natural; la rebaja del límite de explotación y
utilización de las aguas subterráneas (desde el 70% al 40%)
a través de convenios con las consejerías; la limitación de
los campos de regadío; la reducción de las acotaciones para
“garantizar que siempre haya agua”; o la previsión de los
periodos de sequía gracias a un protocolo de actuación
específico: “no nos puede coger desprevenidos”.
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