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OPINIÓN - JUEVES 16 DE MARZO DE 2006

 

OPINIÓN / EL OASIS

Que se encienda la luz
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En su momento dijimos que ABC le había hecho un flaco favor a Ceuta al dedicarle una portada a la chirigota de marras. Una portada basada en la información que le había enviado su colaboradora en la ciudad. Y que yo al leerla comprendí que era un torpedo dirigido a destrozar la línea de flotación de un barco que está anclado entre dos mares y que anda siempre asediado por los deseos de unas autoridades marroquíes, que tratan de dividir a su tripulación.

Una tripulación que se viene mirando por encima del hombro desde... tiempo inmemorial, por razones variadas. Situación que está necesitada, más que nunca, de mediadores preparados para que ambas partes, en vez de hacer un esfuerzo diario para soportarse, consigan elevar el nivel de aceptación mutua y poder así, criticarse sin tapujos, llegado el momento y sin que se desaten las pasiones violentas y surjan los odios africanos.

Una tarea nada fácil: imposible para los escépticos y, por lo que estamos viendo, de ningún modo aceptada por los políticos actuales. Empeñados todos, en mayor o menor medida, en incitar a la rebelión a bordo de un barco que, por bien anclado que esté, no ha podido evitar el moverse fuertemente de babor a estribor y de proa a popa. Y lo que te rondaré, morena. Y todo por mor de informar la colaboradora con verdadera saña -a escala nacional- sobre la actuación de unos chirigoteros temerarios, cierto es, que debieron ser controlados en su decir impropio por ciertas circunstancias.

La principal, desde luego, es que en este barco la marinería tiene unas pertenencias tatuadas en el cuerpo y algunas están prestas a incendiarse al menor estímulo. Y al igual que los chirigoteros debieron calibrar el daño que podían causar a la embarcación con sus letras, no menos verdad es que la colaboradora de ABC debió contar hasta diez antes de tomar la decisión de airear a los cuatro vientos nacionales un hecho que ha venido soplando contra la nave, llamada Ceuta, con la fuerza de una galerna. De manera que conviene, cuanto antes, meterla en dique adecuado para reparar desperfectos.

Si bien conviene decir, pues es de justicia, que la colaboradora de ABC sabía bien el paso que estaba dando y, por lo tanto, sé que antes de atreverse lo consultó con quien ella suele consultarlo todo. Y que, tras recibir el sí consiguiente, se creyó la colaboradora más importante de una España donde poner en peligro de zozobra una nave, llamada Ceuta, parece tarea heróica en los tiempos que corren. Triste y grave error personal. El mismo error que vienen cometiendo los políticos, todos sin excepción, desde que ABC tuvo la infeliz idea de dedicarnos su fachada principal. Fue entonces, en esos momentos, cuando echamos de menos la intervención de un capitán con sus oficiales al frente, dispuestos a solucionar un problema de régimen interno.

Mas la mala suerte, el egoísmo, los pésimos asesoramientos y los excesos de particularismos existentes influyeron negativamente en contra de cuantos navegamos en el mismo barco. Y lo peor, a estas alturas, es que las secuelas del problema suscitado en la sala del Siete Colinas, en noche de concurso de chirigotas, ha convertido la travesía diaria en un motín donde todas las partes se querellan.

Y a mí me recuerda mucho, cuanto está ocurriendo, a ese capítulo del Quijote, el XVI, concretamente, que habla de lo que le sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él se imaginaba ser castillo. Leemos, en el pasaje referido a Don Quijote, Maritornes y El Arriero, que daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza... Un desatino en la oscuridad de un establo. A ver si se enciende la luz en nuestro barco privilegiado y dejamos a los jueces tranquilos.
 

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