La incorporación de la mujer española al trabajo ha sido uno
de los grandes logros de finales del siglo XX aunque este
cambio de roles en la persona que siempre había estado en
casa, ocupándose de la educación de los niños y de las
tareas domésticas, también ha obligado a muchos a cambiar la
mentalidad y dejar a un lado el machismo para darse cuenta
de que la mujer también podía acceder al mercado laboral y
desarrollar los mismos trabajos que los hombres con iguales
o mejores resultados.
A pesar de los notables cambios, son muchas las mujeres que
se quejan de recibir un trato discriminatorio en el trabajo,
de hallar trabas a su ascenso profesional y, sobre todo, de
tener serias dificultades para compatibilizar una vida
privada con una faceta profesional satisfactoria.
Isabel Valriberas es abogada y decana del Colegio de
Abogados de Ceuta, nos recibe en su despacho y allí confirma
lo que acabamos de exponer: para una mujer es muy difícil
compaginar familia y trabajo, sobre todo si no tiene el
apoyo de una pareja. “Tengo la suerte de no tener hijos
porque si los tuviera la verdad es que, con la cantidad de
trabajo que tengo, no sé cómo lo haría”, explica.
Para ella, aunque es evidente que los casos de
discriminación laboral existen, en muchos casos, sobre todo
en el sector profesional, “es la mujer la que decide no
aceptar un cargo de responsabilidad que le suponga estar la
mayor parte del tiempo alejada de su familia porque, en
cierto modo, no nos hemos liberado de ese rol de referente
familiar”.
En ese sentido, considera que para los hombres siempre ha
sido más fácil “renunciar a ciertos momentos familiares y
asistir a comidas de empresa porque nosotras seguimos
ejerciendo el rol de madres, amas de casa y mujeres
trabajadoras”.
Existe un conflicto de intereses -explica- y muchas mujeres,
a la hora de sopesar las alternativas “si ven que su vida
familiar se va a resentir de algún modo pueden renunciar a
su trabajo”. En realidad, afirma Valriberas, se trata de “un
reto educacional y también de compartir”.
En este último punto, el apoyo de la pareja es fundamental:
“si el hombre no asume el nuevo rol de la mujer y no asume
su parte de responsabilidad para llevar las riendas de la
familia, la mujer se va a encontrar muy sola y va a terminar
renunciando a su vida profesional” dice Isabel Valriberas.
“Mi trabajo es esclavo porque, al igual que otros muchos, no
tiene horarios, creo que a mí me hubiera resultado muy
difícil compatibilizarlo con mi familia si hubiera tenido
hijos porque no sólo sería la casa y el trabajo sino también
la educación de los niños”.
Por las razones que ha expuesto, la decana del Colegio de
Abogados de Ceuta entiende que la empresa privada prefiera
elegir a un hombre antes que a una mujer, en igualdad de
condiciones: “es un handicap que la mujer va a tener siempre
aunque también es cierto que esa mentalidad va cambiando”.
Las mujeres en Ceuta
Isabel Valriberas dice que no hay discriminación por razón
de sexo en el sector profesional “porque hay muchas mujeres
tituladas” y considera que en la Ciudad Autónoma “el paro
masculino y femenino está equiparado a ese nivel. Las
posibilidades de acceso están equilibradas porque se basan
en la titulación académica y la aprobación de unas
oposiciones”.
Sin embargo, reconoce que esta situación no es la misma en
otro tipo de trabajos: “aquí no hay un importante abanico de
posibilidades, por desgracia, todo se circunscribe al
comercio, el Plan de Empleo y el trabajo como empleada de
hogar”.
En lo que se refiere a la paridad, Valriberas no está de
acuerdo en que ésta deba alcanzarse por obligación: “creo
que se debe dar oportunidad a las mujeres para acceder a
todos los puestos, es decir, lo que no debe hacerse es poner
cortapisas”.
Sin embargo, la abogada advierte que la paridad es peligrosa
porque puede obligarte a elegir a personas que, tal vez, “no
sean las adecuadas para el puesto”.
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Compaginar la vida familiar y laboral, el reto del siglo XXI
Hoy en día, compaginar
determinadas profesiones con la vida familiar es complicado
porque, antes, los roles estaban más establecidos: el padre
trabajaba, la madre estaba todo el día en casa y los niños
tenían un referente. Ésta es la opinión de la decana del
Colegio de Abogados de Ceuta, Isabel Valriberas, para quien
desde que la mujer se ha incorporado al mundo laboral “es
necesario compaginar estas facetas y, entonces, sí que es
fundamental para tener hijos tener una pareja porque
necesitan un referente, unos cuidados y una educación que no
le puede dar alguien ajeno al núcleo familiar”.
El reto de las nuevas sociedades, de los nuevos modelos de
familia, es el de conciliar todos los ámbitos de la vida: lo
profesional, la vida en pareja y los hijos. A pesar de la
incorporación de la mujer al mundo laboral, su papel como
madre, como eje de la familia sigue pesando hasta el punto
de hacer que ésta renuncie a un puesto de responsabilidad si
eso supone que no va a poder disfrutar de su familia y ésta
se va a resentir con su ausencia. “Para compaginar trabajo y
familia lo mejor es ser funcionario porque tienes un horario
concreto”, dice Valriberas.
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