La única revolución del siglo XX a todas luces triunfante ha
sido, sin duda, la feminista, aquella que reclama la
igualdad de derechos. Hoy la mujer avanza hacia esa ansiada
igualdad, es ya parte indiscutible del mercado laboral y
comienza a copar puestos de responsabilidad empresarial y
política. Pero aún queda mucho camino hacia una igualdad
real. No hay nunca victoria completa.
En los últimos 15 años en España hemos sido testigos de la
incorporación de la mujer al mercado laboral de forma
creciente, pasando de un 27% a un 37,65% en el año 2003.
Pero no todo avanza en dirección de la paridad, ya las
mujeres aún dedican casi 15 horas semanales al cuidado de
los hijos un 30% más que los hombres.
Por si fuera poco, como injusta contrapartida a cambio de
esta diferencia de responsabilidades domésticas, los hombres
ganan un 40% más que las mujeres en el ámbito laboral, cifra
idéntica a la registrada en los sueldos de las trabajadoras
de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
“La mujer tiene un papel importante en la participación
social en Ceuta”, afirma Bibian Berros, responsable del
Centro Asesor de la Mujer (CAM) recordando el millar largo
de mujeres que ayer se sumaron a la Carrera de la Mujer en
favor de las mujeres masectomizadas.
La situación y el papel de la mujer ceutí es muy similar a
la que nos encontramos entre las mujeres españolas. Y sus
problemas y temores, los mismos: economía, seguridad
ciudadana, violencia doméstica, un drama en el que Ceuta,
tras Canarias y Andalucía arroja cifras preocupantes, señala
Berros.Y el empleo.
Paro femenino
El desempleo, uno de los ecos de la crisis económica, es el
gran problema latente para el desarrollo de la Ciudad
Autónoma de Ceuta, y el paro femenino -junto al desempleo
joven- el lado alarmante de las cifras del INEM y la
Encuesta de Población Activa: en febrero, las listas del
paro incluían 4.807 desempleadas, el 40% de los más de ocho
mil parados registrados en la Ciudad Autónoma.
Del total de mujeres en situación de desempleo, 3.841, es
dec ir, el 80 por ciento, tienen más de 25 años. Lejos de
solucionarse, y con una buena parte de la población
femenina, la musulmana, que no ha completado su inserción
laboral, el desempleo femenino sigue creciendo, un 20% desde
2005. Problemas que urgen medidas para, en años venideros,
tener algo nuevo que celebrar.
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Divorciadas, el drama silencioso de las condenadas a las
listas del paro
La tasa de desempleo femenino
superó en Ceuta en 2005 el 34%, tres veces más que el paro
masculino, un problema que se agrava especialmente entre
aquellas mujeres de más de 40 años que, tras quince o veinte
años de matrimonio, dedicadas en exclusiva a su familia y
sin formación pues la abandonaron para ejercer de madres y
esposas, se ven divorciadas, con hijos a su cargo y abocadas
alas listas del INEM con esperanza cero.
Dramas silenciosos que escapan a las estadísticas y que, en
no pocas ocasiones, las propias afectadas guardan en
secreto. Su perfil como desempleadas es bastante negro:
separada, sin empleo anterior y en su gran mayoría sin
formación. Handicaps a los que hay que sumar los efectos
secundarios del desempleo en una ‘mala edad’: sentimiento de
fracaso, ansiedades, cuadros depresivos... Un panorama
desolador que les condena irremediablemente al paro o en su
defecto a contratos en limpieza doméstica o el cuidado de
ancianos, pues los contratos basura son sólo para los
jóvenes.
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