Sigo sin salir del asombro. No comprendo como, la propia
población habitante de la barriada, no se levante contra los
indeseables que con su díscola actitud provocan situaciones
tan terribles como que un servicio público -cuya misión es
la de facilitar a los vecinos del barrio llegar a sus casas-
se plantee abandonar el servicio.
Los vecinos deben saber que el interés del Gobierno es que
se atienda a los habitantes del barrio y se establezcan los
medios de seguridad necesarios. Yo creo que era mucho más
fácil el que los representantes vecinales y políticos del
área hagan labor social encaminado a la petición de civismo
y/o acusar directamente a los que provocan estas
situaciones. La mofa de los apedreadores debe ser total,
máxime porque ahora se puede afinar la puntería porque al
autobús le acompañará policía. Hay más puntos para sumar y
cada vez menos vergüenza. Hay que aislar a los vándalos,
señalarlos y detenerlos, no protegerlos.
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