“Yo no lo puedo hacer”, repitió una y otra vez Ramón María
Calderé, el entrenador de la AD Ceuta, sobre la posibilidad
de presentar su dimisión a la junta directiva. “Esta derrota
ha sido un golpe durísimo. Lo más fácil sería que decidiera
poner fin a mi etapa en Ceuta, que puede que así sea, pero
no me considero una persona cobarde y, por tanto, no lo
puedo hacer. Prefiero que sea el club el que tome la
decisión que crea más conveniente para el bien del equipo. Y
si así lo cree conveniente, lo entenderé perfectísimamente y
por mí no habrá ningún problema: ni en lo crematístico, ni
en lo contractual. Quizá la afición esté esperando que tome
esa decisión y reconozco que cuando terminó el partido e iba
camino del vestuario se me pasó por la cabeza hacerlo, pero
no puedo arrojar la toalla”, afirma Calderé, que abre las
puertas a la entidad blanca para que rescinda su contrato si
lo estima oportuno.
Calderé expresó este parecer a sus jugadores a la conclusión
del encuentro y se sintió respaldado, aunque no totalmente.
“Tengo que estar al lado de mis jugadores. Ellos me han
demostrado su apoyo una vez más. Sé que están conmigo, si no
al 100% sí al 99%”, apunta.
El técnico caballa, además, ha pedido reiteradamente
disculpas a la afición porque “esperábamos que la situación
fuese mucho mejor”. Y es que el equipo blanco ha regresado a
posiciones de descenso directo a Tercera tras dejarse
remontar contra el Écija un 3-0 en el segundo tiempo.
“Es difícil de explicar una situación como la de hoy -por
ayer-. He vivido el día más triste en mi corta carrera como
entrenador. ¿Cómo se puede explicar? Pues como una película
de Alfred Hitchcock. Aunque nos han vuelto a perjudicar con
una decisión injusta -la expulsión de Cerveró-, teníamos un
margen -de tres goles en el descanso- suficientemente
importante para que hayamos perdido el partido”, dice.
“Nuestra primera parte fue excelente y el equipo se estaba
gustando. Era un día ideal para darle una alegría a la
afición, pero había un señor -el árbitro- que lo quería
complicar y lo ha conseguido. Y todos nosotros, y yo el
primero, lo hemos terminado de estropear. Es una pena”,
concluye.
El incierto futuro de Calderé al frente del Ceuta se
decide en Camoens
El incierto futuro de Ramón María Calderé al frente del
banquillo caballa será el tema central que reunirá hoy al
entrenador catalán y a la junta directiva de la Asociación
Deportiva Ceuta en la calle Camoens, donde se encuentra la
sede social del club. Aún no se puede certificar que la
entidad caballa pretenda poner fin a la relación contractual
que mantiene con el técnico tarraconense, pero no son pocos
los que empiezan a especular con la posibilidad de que así
sea. Dimisión o cese son las dos opciones que barajan
quienes piensan que el ciclo de Calderé ha concluido.
El propio implicado reconoció en la rueda de prensa
posterior al partido que en algún momento se le había pasado
por la cabeza arrojar la toalla, aunque a continuación
aclaró que, si se lo permiten, quemará todas las naves que
le quedan. “Lo más fácil sería que decidiera poner fin a mi
etapa en Ceuta, que puede que así sea, pero no lo puedo
hacer. Prefiero que sea el club el que tome la decisión. Por
mí no habrá ningún problema, ni en lo crematístico, ni en lo
contractual”, dijo el técnico.
Con estas palabras, la dimisión parece descartada. Sin
embargo, con el equipo en puestos de descenso a falta de
once jornadas para que termine la Liga, es posible que la
directiva intente un cambio de aires sustituyendo al
inquilino del banquillo. Resulta indicativo, cuanto menos,
que los jugadores, por imperativo del club, no puedan
abandonar hoy la Ciudad Autónoma en su día de descanso.
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