- No es muy habitual verme entrar
en el Palacio Municipal, salvo que vaya a sacar los tikets
de residentes.No es por nada, simplemente porque no tengo
otras razones que me lleven a aquel lugar si no es para
solicitar algún documento oficial.
Necesitado de tikets de residentes, por tener que
desplazarme a la otra orilla para solucionar asuntos
particulares, me dirijo hacia aquel lugar y en la entrada me
encuentro con el viceconsejero de Turismo, José A.
Rodríguez,. Nos saludamos, como es normal entre dos amigos
que compartieron muchas noches en la caseta de “Los
Abanicos” de la que ambos eramos socios y hablamos, par de
minutos, el tiempo es oro, de los cuatro congresos que se
van a celebrar en nuestra tierra, gracias a los buenos
oficios del viceconsejero.
Nadie nos puede negar que en varias ocasiones, y debido a el
turismo del sombrerito, como popularmente eran conocidos
esos turistas que nos visitaban, hemos mostrado, al
viceconsejero, nuestro desacuerdo con ello en la creencia,
de que esa clase de turismo no aportaba económicamente nada
a nuestra tierra.
No sería justo, no reconocer,que José A. Rodríguez jamás nos
dijo nada de esas criticas que le hicimos, en su momento y
que, no es por apuntarnos tanto alguno, se demostró que
teníamos razón.
Pero a igual que le hicimos aquellas criticas, tenemos que
reconocer que el viceconsejero, siguió trabajando sin
desmayo para tratar, por todos los medios a su alcance,
traer turismo a Ceuta que aportase un mejor resultado, al
menos desde el punto de vista económico, que el
anteriormente mencionado.
Y a fe que lo está consiguiendo, su lucha constante por
atraer turismo de calidad, a nuestra tierra, está obteniendo
su justo premio. Por eso, a igual que, en su momento, le
criticamos, hoy tenemos que felicitarlo por los éxitos que
está consiguiendo.
Y es que, cuando alguien se entrega, con todas sus fuerzas,
a una causa lo más lógico es que encuentre el premio a tanto
esfuerzos y tanto trabajo.
José A. Rodríguez, es hombre acostumbrado a bregar y luchar
en la calle, conociéndola como pocos pueden presumir de
conocerla, con un talante de los de verdad y no de los
obligados por el marketin, que ni es talante ni nada que se
le parezca. Vamos, tanto es así que ese talante de
marketing, es como lo que se pone en las películas “todo
parecido con la realidad es pura o mera coincidencia”.
Hoy, insistimos, a igual que te hicimos las criticas
correspondientes, tenemos que felicitarte porque estás
consiguiendo el objetivo que te marcaste, de traer turismo
importante a nuestra tierra.
Y tanto esas criticas realizadas, como los aplausos que ,
hoy, te dedicamos es porque así lo sentimos, sin que nadie
nos haya dicho que te lo tenemos que decir, porque es
denigrante tener que escribir al dictado, según el estado de
ánimo del que manda.
Lo mínimo que se le puede pedir, a todos los que nos
dedicamos a esta bendita y sufrida profesión, es tener ética
profesional y no escribir al dictado de nada ni de nadie,
porque escribir al dictado de quien manda, por aquello del
que manda, manda y cartucho al cañón, es una aberración
periodística.
Todos nosotros, los que nos dedicamos a los medios de
comunicación, tenemos el deber de ser consecuentes y asumir
la responsabilidad de lo que escribimos o decimos, y no
decir hoy blanco y mañana negro porque, de esa forma,
perdemos toda la credibilidad que podamos haber conseguido a
lo largo de nuestras vidas como periodistas.
Me cuesta un trabajo enorme entender, cómo es posible qué
profesionales de los medios de comunicación, puedan cambiar
de opinión en tan sólo cuarenta y ocho horas y decir lo
contrario de lo que habíamos dicho o escrito cuarenta y ocho
horas antes.
Eso, no me parece ni ético ni profesional. Las posturas, las
opiniones e incluso las editoriales, con razón o sin ellas,
hay que mantenerlas y no cambiarlas de rumbo de un día para
otro porque, de esa forma, nos pueden tomar a cachondeo o lo
que es peor, que el personal se dé cuenta de que estámos
escribiendo al dictado del que manda y, entonces, adiós
credibilidad.
Nunca, y no por corporativismo, he criticado la labor de
ningún compañero de los medios de comunicación sino,
simplemente, porque no entra con mi forma de ser ni entender
ciertas situaciones a las que algunos compañeros llegan a
efectuar debido a ciertas decisiones que no son suyas pero
que, en definitiva, son ellos los que dan la cara, mientras
el auténtico autor permanece escondido e incluso diciendo,
ante ciertos personajes: “ es cosa de ellos. Ya les he
llamado la atención. Además se van a enterar”. Manda... el
asunto.
Y como el que siembra vientos recoge tempestades, todos
aquellos que echaron más leñas al fuego, me gustaría saber
cómo van a explicar, al personal, ese echar más leña al
fuego y, después, querer apagar la gran hoguera que ellos
alimentaron, por ordenes recibidas, soplando.
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