PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

DEPORTES - DOMINGO 12 DE MARZO DE 2006


UNA MANITA. NICOL'S

FÚTBOL / DIVISIÓN DE HONOR JUVENIL, GRUPO IV
 

El Séneca se suicidó antes
de recibir el matarile

Como hiciera el homónimo filósofo
ordobés, el cuadro senequista se hizo
el harakiri antes de que el Goyu-Ryu le asestara cinco puñaladas
 

Lucio Anneo Séneca, el filósofo cordobés que se codeó con las altas esferas del Imperio Romano y sirvió de tutor, consejero político y ministro a Nerón, fue condenado a suicidarse tras resultar implicado en la conjura que Pisón orquestaba para desbancar del poder al propio Nerón. Dos milenios después del obligado matarile, el Séneca CF, equipo homónimo al del célebre orador califal y colista en el grupo IV de la División de Honor Juvenil, se dejó guillotinar por el Gimnasio Goyu-Ryu, que ayer le asestó cinco certeras puñaladas (5-0). Y es que la que supone la más opípara cacería para el conjunto amarillo en la presente temporada llegó tanto por la insistencia, la velocidad y la desmedida entrega de sus jugadores, como por la inconsistencia defensiva de los visitantes, que ofrecieron demasiadas facilidades en la contención. Cristóbal por doble ocasión, Marzok, Bilal y Ortiz fueron los ejecutores de un severo correctivo sin anestesia que deja al Séneca con cinco puntos de sutura y casi desahuciado en su lucha por la permanencia. No obstante, también permiten al Goyu-Ryu, con cuarenta puntos en su haber tras la disputa de veintiséis jornadas, situarse a sólo tres puntos del Córdoba, tercer clasificado y adjudicatario a día de hoy de la última plaza que dará derecho a participar en la próxima edición de la Copa del Rey.

Los pupilos de Tayo, que encadenaron su cuarta victoria consecutiva en su feudo, saltaron al José Martínez Pirri ajenos a toda especulación. El técnico ceutí ordenó adelantar la presión a la línea de tres cuartos del cuadro andaluz con la intención de asfixiar su capacidad de creación y propiciar las recuperaciones. Con la pelota en su poder, el Goyu-Ryu se hartó de ensayar balones en largo para explotar la velocidad de las bandas, así como la movilidad de Cristóbal y Marzok. El Séneca, en lugar de arrugarse, procuró conducir el cuero y optó por adelantar la defensa. La pretensión de Pedro Cuadrado, el entrenador rojinegro, no era otra que contrarrestar la verticalidad local con la trampa del fuera de juego. La estrategia no le pudo salir peor. Y es que la pareja de centrales senequistas, carente del más mínimo entendimiento y más nerviosa que la novia el día de su boda, se convirtió en un auténtico coladero.

El primero en sacar tajada de la empanada visitante fue Cristóbal. El inusual nueve en la formación caballa volvió locos a los zagueros del Séneca y se coló a su antojo entre las oquedades que éstos dejaban. En sus botas estuvo abrir la lata tras capturar un medido pase de José, pero optó por ceder a Marzok, en posición antirreglamentaria, cuando sólo restaba la oposición del meta califal. Un error garrafal que enmendó sólo un minuto después, cuando le ganó la espalda a Raúl y batió a Alberto con un tiro cruzado desde el vértice derecho del área (1-0, min. 9).

Con esta dinámica, el respetable del antiguo 54 no hacía otra cosa que conjeturar en qué momento llegaría el segundo. Apenas diez minutos más tarde, Bilal fue incapaz de resolver un uno contra uno con el cancerbero del Séneca aunque Marzok, tras una serie de rechaces dentro del área, colmó todas las expectativas con un fuerte disparo (2-0, min. 22). El Séneca sólo vio dos veces la portería rival en el primer tiempo, un lanzamiento cruzado de Carlos y un corner que golpeó directamente la cepa del poste, pero Samuel supo mantener a cero el arco del Goyu-Ryu. No contenta con esto, la escuadra amarilla rubricó el período inicial con una nueva internada de Cristóbal, quien al borde del descanso elevó el 3-0 al marcador de bonita vaselina.

En los primeros compases de la reanudación, el Goyu-Ryu mantuvo el cerco sobre la portería cordobesa. Jesús obligó a lucirse a Alberto tras cabecear algo picado un saque de esquina, Bilal hizo lo propio al recibir un regalo de José y Marzok no rubricó una serie de combinaciones en corto con Cristóbal. El Séneca, por su parte, apenas inquietó la portería amarilla, aunque tuvo la posibilidad de acortar diferencias si Paco no hubiera estrellado en el larguero un centro de Carlos. El desánimo se apoderó del equipo rojinegro, que se atrincheró en su campo y renunció a cualquier opción ofensiva. Los de Tayo también sucumbieron a la pasividad, pero guardaron suficiente brío para completar la manita por mediación de Bilal y de Ortiz. Que en la arena del Martínez Pirri siga habiendo pan y circo, aún a costa de rivales tan contemplativos como el Séneca.

Cristóbal, un incordio para la zaga senequista

Sorprendentemente, Cristóbal saltó ayer al terreno de juego con el dorsal número nueve en la camiseta. Su misión no era otra que perforar la portería defendida por Alberto y el menudo e insólito delantero cumplió el cometido con sobresaliente. No sólo marcó el primero y el tercero de los cinco goles que ayer hizo el Goyu-Ryu, sino que se convirtió en un auténtico incordio para la zaga del Séneca. La pareja de centrales formada por Raúl y Almodóvar se volvió loca intentando neutralizar la velocidad y la picardía del ariete amarillo, que se entendió a la perfección con Marzok, su acompañante en la mediapunta. No cabe duda de que Tayo ya tiene un punta cuando le vuelvan a fallar los habituales para ocupar dicha demarcación.
 


La Copa pasa por ganar el derbi

El Goyu-Ryu aún tiene opciones de acabar entre los tres primeros y disputar la próxima edición de la Copa del Rey. Para ello, debe superar en el próximo partido a la Peña Real Madrid de Melilla. El conjunto amarillo ya se adjudicó el derbi norteafricano en el encuentro de ida. Los pupilos de Tayo se impusieron por 2-0 en el Martínez Pirri.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto