El ansiado hermanamiento entre las ciudades de Ceuta y Cádiz
se consumó por fin en el antiguo salón de plenos de la
Asamblea. Un acto que deberá suponer la apertura de
contactos permanentes basados en la “cooperación y la
participación activa y dinámica de sus vecinos y colectivos
ciudadanos, con la finalidad de favorecer el intercambio de
experiencias, conocimientos y actividades locales”, tal y
como apunta el protocolo de hermanamiento.
En la jornada de ayer se plasmó sobre el papel esta voluntad
mutua de acercamiento que, desde el impulso inicial de la
Casa de Ceuta en Cádiz, “ha ido creando un cúmulo de
sentimientos y afectos hasta desembocar en es ‘reencuentro’,
pues no se puede olvidar nuestra vocación de estar juntos”,
según afirmó la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez,
durante su discurso.
Teófila se refirió al pasado común y multicultural: fenicio,
cartaginés, griego, romano, árabe, godo y castellano, con la
lejana presencia de los celtas cántabros, del neanderthal
ceutí y de Tarteso-Cádiz. Pero sobre todo habló del futuro.
De un futuro en el que toca compartir y de una unión que
debe ser cuidada y “mimada” por las respectivas autoridades
locales.
Tanto Juan Jesús Vivas como Teófila Martínez, recurrieron a
la similitud de ambas ciudades y de sus gentes y costumbres,
lógica por su proximidad geográfica: la luminosidad “que nos
identifica”, el acecho de los “levantes, ponientes y
vendavales”, las murallas defensivas, el carácter
hospitalario y cosmopolita, “el humor y el acento” o
expresiones compartidas tales como ‘agarrao’ (tacaño),
‘anguria’ (ganas de orinar), ‘avío’ (ingredientes del
puchero), ‘muelle’ (por puerto), ‘saborío’ (el soso) y
‘jartá’ (gran cantidad).
Cádiz y Ceuta comparten también obstáculos al despegue
económico y sectores estratégicos comunes. “Tanto Cádiz como
Ceuta son dos núcleos urbanos con una muy alta densidad de
población, con manifiesta escasez de suelo, con muchas
necesidades de empleo y con una economía dominada por los
servicios. Dos ciudades que con toda justicia aspiran a
mejorar su nivel de equipamientos y también al desarrollo de
sectores económicos con posibilidades de crecimiento, como
son el puerto, el comercio y el turismo”, explicó Juan Jesús
Vivas.
Teófila Martínez valoró el acto como la materialización de
un sentimiento ya existente: que ceutíes y gaditanos se
sienten hermanos desde hace mucho tiempo. Martínez, al
término del acto, resaltó los vínculo empresariales (los
convenios, la relación entre las PYMES locales, etcétera),
los programas medio ambientales conjuntos, los lazos
administrativos, las vivencias que “facilitan una mejora de
los servicios”, y lo que es más significativo: las
experiencias vitales entre personas de ambas orillas.
“Aprovechar la coyuntura”, señaló la alcaldesa gaditana para
dejar patente que es el momento de potenciar las relaciones
entre ambas ciudades y plasmarlas de forma que beneficien a
la sociedad y economía caballa y gaditana.
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Martínez: “No podemos poner límite a la solidaridad
territorial”
La alcaldesa de Cádiz quiso llamar
la atención en su discurso sobre la “fuerza de la unidad
territorial”, y de la Constitución. Más tarde explicaba este
pequeño inciso. “Los nacionalistas (los dirigentes
políticos) sólo piensan en sí mismos”. ¿Qué ocurre en
entonces? A juicio de Teófila Martínez, de esta manera,
“gracias a la irracionalidad política” se ponen “límites a
la solidaridad territorial” y se atenta contra la
competitividad que puede tener España en Europa y en el
mundo, y de la “que se aprovecharán otros”. La alcaldesa
gaditana explicó que, a l final, el nivel de renta se
convierte en el punto más relevante y que con el
nacionalismo a lo que se tiende es a que el rico sea más
rico, y el que no lo es se mantenga en esa situación. Una
“insolidaridad” que nos costará mucho superar, subrayó
Teófila Martínez, que hizo gala en el acto de su origen
montañés.
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