Ya veníamos diciendo que la
situación partía de una base absolutamente falseada,
dirigida en contra del presidente de la Ciudad en una
estrategia bien marcada, clara y definida al objeto de medir
fuerzas tras el conocimiento de los datos del CIS que
reflejaba un apoyo del 85% a Juan Vivas. Con la excusa de
unas letras satíricas y carnavaleras. A alguien -dolido en
su interior y con permiso de su autoridad- se le ocurrió
quitar la espoleta del artefacto llamado racismo y lanzado
al ruedo de la información. Las consecuencias han sido
meridianamente claras. Otros se han aprovechado de la
coyuntura y al grito de “Por la Convivencia y contra el
Racismo” han montado una marcha de poco éxito y de peor
finalización. Si la población musulmana en Ceuta es la que
es, el seguimiento oficial según fuentes policiales, ha sido
exigüo. Pero aún peor. desde el inicio se lanzaban proclamas
a favor de Ben Laden, algo que puso muy nervioso -con razón-
a Mohamed Alí quien amenazó incluso con paralizar la marcha.
Al lado de los organizadores se coló el personaje ‘Non
Grato’ aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid.
Sabemos que Mohamed Alí ha intentado por todos los medios
que la manifestación transcurriera por cauces pacíficos,
cosa que ha sucedido de principio hasta su fin frente al
Palacio de la Asamblea. Lo ocurrido después es como
consecuencia del vandalismo aprovechado por unos pocos
(medio centenar según la Policía, cuyos mandos no previeron
custodiar la zona comercial del centro). El caos se apoderó
por momentos de la situación. Empresarios que bajaron
persianas, otros que recibieron pedradas, roturas de
cristales, agresiones físicas, verbales, roturas de
mobiliario urbano, kioscos, pedradas a los autobuses, algún
herido, cuatro detenidos, coches reventados... Un desastre.
La responsabilidad creía oportuno no convocar manifestación
alguna porque un hecho aislado no determina la voluntad de
un pueblo que quiere convivir en paz. Del mismo modo que no
caeremos en el error de mezclar los actos vandálicos
posteriores a la marcha aunque los responsables de los
sucesos hayan salido de ella.
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