Más de 3.000 personas, que se fueron sumando a medida que
transcurría el recorrido. Cerca de 2.500 según la Policía; y
entre 8.000 y 10.000, según apreciaron los organizadores.
UDCE e IU se mostraban satisfechos al final de la
manifestación, que se vio empañada a su término, por una
serie de actos vandálicos en el paseo del Revellín. El
transcurso de la marcha, que partió desde el barrio de Hadú
y llegó hasta la Asamblea de la Ciudad Autónoma, fue
pacífico aunque ruidoso (pocas manifestaciones en la
historia han sido en silencio). Todo comenzaba pasadas las
cinco y media de la tarde, momento en el que la cabecera de
la marcha partía de la mezquita de Sidi Embarek, bajo el
lema ‘Por la convivencia y contra el racismo’. Alrededor de
60 voluntarios, vestidos con petos fluorescentes, mantenían
la seguridad interna de la movilización. A estos voluntarios
se le sumaron manifestantes para controlar el desarrollo de
la manifestación, a la que se fueron sumando personas
conforme avanzaba.
Empezaron unas 1.500, pero al llegar la plaza de África,
sumaban cerca de 3.000 (jóvenes en su mayoría). Hubo algún
momento de tensión, concretamente en la barriada de Hadú,
cuando los gritos de los manifestantes pasaron del No al
racismo, a consignas de corte radical. Fue entonces cuando
Mohamed Ali, líder de la Unión Demócrata de Ceuta, y cabeza
de la marcha, paró en seco e indicó su intención de
paralizarla si no se reconducía la situación. La calma se
hizo con la gente y la manifestación siguió su curso. Lemas
contra la chirigota ganadora y, en algunos, momentos, contra
la Policía; y consignas a favor de la convivencia social y
contra las manifestaciones racistas en Ceuta.
El mensaje sólo se hizo homogéneo una vez se llegó al fin
del trayecto: el Palacio de la Asamblea de Ceuta. Primero,
un minuto de silencio en conmemoración de las víctimas del
atentado del 11-M en Madrid. Luego se dio paso a la lectura
de un comunicado conjunto, a cargo de una voz femenina: las
mujeres encabezaban el acto después de haberse manifestado,
casi al completo, al final de la masa civil. Se pidió la
dimisión de Juan Jesús Vivas, presidente de la Ciudad; de
Mabel Deu, consejera de Educación y Cultura; del
viceconsejero de Festejos, Juan Carlos García Bernardo; “la
depuración de las responsabilidades políticas y
administrativas” relacionadas con el Carnaval 2006 y la
retirada del premio a la agrupación ganadora. Referencias
religiosas al profeta Mahoma, a las caricaturas, y al
agravio al colectivo musulmán de Ceuta, aunque también se
habló de una manifestación para todos los ceutíes, y de una
llamada al cumplimiento de la Constitución de 1978.
Mohamed Ali además agradeció públicamente la “labor
encomiable” de la Policía Local y Nacional a lo largo del
acto, así como la presencia de los manifestantes. El
presidente de la UDCE acabó su intervención al grito de “por
Ceuta y por la convivencia”. A su lado, Mohamed Hadú Mussa,
líder de IU y Ramesh de Federación Ceutí.
Representación
Una marcha calificada de “histórica” por los organizadores y
por los miembros de Coalición por Melilla que se desplazaron
ayer hasta Ceuta, un grupo de 12 personas con Mohamed Bisian,
secretario de Libertades Públicas del partido, a la cabeza
de la pequeña delegación. También hubo representación de la
Comisión Islámica y de varias asociaciones sociales. Mustafa
Mizzian, líder del PDSC, manifestaba su opinión al término
de la marcha. A pesar de que oficialmente no se adhirió al
acto, el PDSC señaló su satisfacción por una jornada ‘pro
armonía’ social. También Malika Naryish, secretaría general
de FC, se mostraba orgullosa tras el acto. La anécdota de la
jornada la protagonizó Mohamed Haddú Mussa, tratando de
tranquilizar a un “primerizo” Ali en el arte de la
movilización social.
|